La plataforma Stop Vertidos al Mar exige al Ayuntamiento de Puerto de la Cruz que prohíba el baño en Playa Jardín, dado que la contaminación fecal en el agua se mantiene en índices superiores a los permitidos que indican una alta concentración de bacterias coliformes fecales o Escherichia coli, que suponen un riesgo significativo para la salud de los bañistas.
El Sistema de Información Nacional de Aguas de Baño (Náyade), que recoge datos sobre las características de las playas de España y la calidad del agua de baño, especifica que Playa Jardín es una “zona donde queda prohibido el baño temporalmente”.
La plataforma lamenta que, desde hace más de cuatro meses, el Consistorio se quede en una simple advertencia en lugar de impedir el baño, sobre todo en las últimas semanas, en las que se ha podido registrar la presencia de un número significativo de personas. En este sentido, recuerda que las consecuencias por hacerlo en aguas contaminadas van desde infecciones gastrointestinales hasta otras que se producen en la piel, los ojos y los oídos.
A ello se le suman posibles problemas respiratorios que pueden tener consecuencias más graves en personas vulnerables o con sistemas inmunitarios comprometidos.
Stop Vertidos recuerda que los valores que mantiene la playa confirman que el agua no es segura para el baño. Por eso,, apunta que los organismos de salud y medio ambiente suelen establecer un umbral de seguridad, que varía por país, pero en muchos casos es de 200-250 UFC por 100 mililitros. Cuando esta cifra se supera, como en el caso de Playa Jardín, que llega a 500 UFC por 100 mililitros, se justifica una prohibición de baño o al menos una advertencia fuerte, al aumentar de forma considerable las probabilidades de infecciones.
Su presidenta, Tania Hernández, explica que la diferencia entre la no recomendación al baño y la prohibición radica en el grado de imposición y en la autoridad de la medida. En el primer caso, se trata de una advertencia que indica a los bañistas que existe un riesgo potencial, pero la decisión de entrar al agua queda a discreción de cada persona. Sin embargo, en el segundo, la orden es de obligado cumplimiento.
Hernández pone de manifiesto que los carteles colocados en la playa generan confusión entre los usuarios de la playa, porque la señal que aparece es la de prohibición con un Se recomienda no bañarse.
La dirección general de Salud Pública del Gobierno de Canarias es el departamento responsable de realizar las analíticas pero el gestor competente de las playas y de cualquier decisión que les afecte es el ayuntamiento. Por este motivo, desde la plataforma se solicita a sus responsables que “tomen cartas en el asunto” y prohíban el baño para no confundir a la población y evitar males mayores.