sanidad

Cuidemos la Pediatría

Un recorrido por la evolución histórica, los avances y los desafíos actuales de la atención pediátrica en el mundo

Por Dr. Jorge Gómez Sirvent, Jefe de Pediatría del Hospital Universitario Ntra. Sra. de La Candelaria

Siguiendo la historia de la medicina, podemos considerar la Pediatría como una especialidad relativamente joven. Aunque ya papiros egipcios hacen referencia a enfermedades de los niños varios siglos A. C., no es hasta el siglo XV cuando se tiene referencia del primer libro impreso dedicado exclusivamente a la Pediatría, como es Libellus de egritridinibus infantuum, escrito por Paolo Bagellardo en 1472. Los médicos al uso se dedicaban a tratar a pacientes de todas las edades, desde los recién nacidos hasta los mayores, ya que las enfermedades de los niños se consideraban las mismas de los adultos.

Es en el siglo XVIII cuando la infancia empieza a adquirir valor propio ante la sociedad europea, desarrollándose una actitud más humanitaria y empática hacia el niño. Comienza entonces un camino específico dirigido al estudio y conocimiento de las peculiaridades fisiológicas, patológicas y psicológicas propias de la edad infantil hasta la adolescencia, que los distinguían cualitativamente de la edad adulta. Muchas de las enfermedades infantiles fueron descritas por primera vez e individualizadas durante este siglo.

Doctor Jorge Gómez Sirvent, jefe de Pediatría del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. DA
Doctor Jorge Gómez Sirvent, jefe de Pediatría del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. DA

El desarrollo de una sociedad ilustrada fue haciendo incompatible la dualidad entre la razón humana y el destino tradicional de gran parte de la infancia: la muerte temprana. De esta manera, en nuestro país la tasa de mortalidad infantil (niños fallecidos en el primer año de vida por cada 1.000 recién nacidos vivos) se aproximaba, en la centuria de 1.700, a 250 niños; es decir, un 25%, situándose en la actualidad en un 2,6%.

Fue la importancia del conocimiento médico, la dedicación de los profesionales al estudio del menor y su creciente especialización en estas edades lo que cristalizó en el siglo XIX en la creación de una nueva especialidad médica: la Pediatría.

Hospitales pediátricos: pilares de la atención infantil

El primer centro hospitalario pediátrico del mundo se creó en París en 1802, el Hopital des Enfants Malades, al que siguieron La Charité de Berlín en 1830, y el Great Oruond Street de Londres en 1852. En España, se crea un consultorio en Barcelona en 1867 dependiente de la Orden Hospitalaria de Sant Joan de Deu, con una capacidad inicial de 12 pacientes, que atendía básicamente a niños de familias pobres y trataba enfermedades del momento, como raquitismos, escrofulosos (tuberculosis ganglionar) o niños discapacitados. El primer hospital pediátrico español fue el del Niño Jesús, inaugurado en Madrid en el año 1877 y trasladado en 1881 a sus dependencias actuales.

En el año 1901, se funda el Hospital de Niños de Santa Cruz de Tenerife, impulsado y dirigido por el doctor D. Diego Guigou y Costa, obra totalmente trascendental en el devenir de la salud pediátrica de nuestro entorno más cercano.

Desde entonces hasta la actualidad, la ciencia pediátrica se ha desarrollado sin pausa en un espacio cada vez más especializado para dar respuesta no solo a las enfermedades, sino a la normal evolución física, psíquica y social que transforma en las primeras décadas de la vida al recién nacido en un ser adulto. La prevención, promoción y educación para la salud, tratamiento y rehabilitación integral del niño y del adolescente es la línea continua a seguir desde los pediatras de atención primaria hasta los hospitalarios. Si bien los primeros tienen la responsabilidad de la atención global, cercana y directa del menor, los pediatras del hospital se subespecializan cada vez más para dar respuesta a los distintos problemas específicos que aquellos no pueden resolver en su ámbito de trabajo.

De esta manera, la pediatría hospitalaria se ha diversificado en distintas especialidades pediátricas, tal y como ocurre en el adulto, para profundizar en las distintas patologías por sistemas y aparatos. De la misma forma que un adulto, ante un problema neurológico importante, acude a un especialista en Neurología, el menor debe poder asistir a un pediatra especializado en Neurología Infantil.

El devenir de la medicina ha dejado patente que las enfermedades de los niños, en su gran mayoría, nada tienen que ver con las patologías del adulto.

La Pediatría en la actualidad: desafíos y especialización

Actualmente, los tres hospitales canarios de tercer nivel que atienden menores cuentan con un total desarrollo de las especialidades pediátricas, dando respuesta a cada problema concreto que pueda presentarse. En los hospitales, hay que afianzar al máximo todas las especialidades pediátricas y tener tanto pediatras dedicados sólo a la Neonatología para atender a los problemas específicos del recién nacido a término y prematuro, como pediatras dedicados a la Oncología para atender a todos los niños con cáncer.

Aunque en la práctica diaria ésta es la forma de trabajar de todos los hospitales de tercer nivel en España, el Ministerio de Sanidad aún no reconoce la existencia de las especialidades pediátricas, evitando así, entre otras muchas cosas, el acceso a una formación reglada y evaluada, como ocurre en la mayoría de países europeos.

Esperemos que el futuro no nos invite a regresar a la Pediatría del siglo XVIII.

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