El Foro Económico y Social (FES) de La Laguna presentó ayer los resultados del Barómetro de La Laguna 2024, un amplio estudio social realizado durante este año conjuntamente con la Universidad de La Laguna (ULL) para analizar y actualizar las inquietudes, problemas y necesidades de la población del conjunto del municipio. El estudio recoge que, entre las principales preocupaciones de los laguneros, se encuentran, entre otras, la dependencia del turismo, la vivienda, servicios como el transporte, la limpieza, el agua y el saneamiento o la participación en la toma de decisiones.
El alcalde de La Laguna y presidente del FES, Luis Yeray Gutiérrez, abrió la jornada, celebrada en la Facultad de Economía, Empresa y Turismo, indicando que esta segunda edición del barómetro es “fruto de un trabajo intenso y riguroso realizado junto a la Universidad”, y con el que el municipio podrá “contar con una radiografía completa de nuestra realidad”.
“Nos proporciona una visión amplia y diversa de lo que realmente importa a nuestra gente, y reafirma la importancia de fomentar una participación ciudadana activa y directa. Es a través de este conocimiento que podremos continuar diseñando políticas y proyectos que impulsen un desarrollo sostenible, inclusivo y equilibrado en todos los rincones de La Laguna”, indicó el alcalde.
El rector de la ULL, Francisco García, afirmó que se trata de “un instrumento muy poderoso desde el punto de vista de la toma de decisiones, porque integra una perspectiva cuantitativa, rigurosa, con datos fiables y depurados, por parte del equipo técnico, e incorpora un novedoso enfoque cualitativo”, resaltando que “se ha hecho mucho trabajo de contacto con los vecinos y grupos focales”, además de hacer hincapié en “el acierto del Índice de Prosperidad que se integra en el barómetro, que es un análisis de la calidad de vida más allá de las estadísticas”.
Conclusiones
Según informaron desde el ayuntamiento, de los análisis realizados tanto de las preocupaciones de la ciudadanía y los actores sociales, como de la propuesta de Indicador de Prosperidad, se observan notables puntos de coincidencia. Ambos apartados subrayan el carácter esencial de factores que contribuyan al bienestar ciudadano, como la calidad de los servicios públicos, la accesibilidad a la atención médica y la educación.
El barómetro recoge que la dependencia del turismo como principal fuente de ingresos es una preocupación común, lo que se interpreta como una necesidad de diversificar la economía local. Este enfoque está alineado con el criterio de inversión en innovación e infraestructuras y la promoción de sectores alternativos que fortalezcan la resistencia económica del municipio, explicaron.
La infraestructura de servicios como el transporte, la limpieza urbana, el agua potable y el saneamiento aparece también como un punto en común. Se evidencia, asimismo, la importancia de la inclusión y la igualdad de acceso a oportunidades y servicios, incluyendo el acceso a la vivienda asequible, oportunidades de empleo y servicios de calidad en educación y sanidad, particularmente para población joven y de bajos ingresos.
La participación en la toma de decisiones y la transparencia en la gestión pública son elementos centrales en ambos apartados. Existe una percepción de desconexión en la toma de decisiones en las zonas urbanas, mientras que en áreas rurales se fomenta una participación más comunitaria.
Ambos apartados apuntan a la necesidad de un equilibrio entre el desarrollo y la conservación de los recursos naturales, promoviendo un uso adecuado de los espacios verdes, el turismo sostenible y el respeto al patrimonio cultural, como aspectos esenciales para el desarrollo urbano.