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Adiós a Zaida ‘Poppins’, la estanquera del barrio Salamanca

Clientes y vecinos recuerdan a la carismática Zeneida González, dueña del popular estanco Price, ubicado en el número 9 de la calle Salamanca, que falleció el pasado 9 de febrero
Adiós a Zaida ‘Poppins’, la estanquera del barrio Salamanca

El santacrucero barrio Salamanca está de luto. El pasado 9 de febrero, falleció una de las personas más queridas de esta zona capitalina, Zeneida González Delgado (más conocida como Zaida), quien durante años regentó el popular estanco Price, ubicado frente al emblemático cine.


Los orígenes de este negocio se remontan al año 1968, cuando un empresario del norte de la Isla tuvo la idea de montar una zapatería. No obstante, el destino le llevó a conocer a un viajante de la Península que le recomendó abrir un estanco, por lo que nació este pequeño comercio en el número 9 de la calle Salamanca.


Según recuerda uno de sus clientes, Nicky Triphook, “fue un espacio minúsculo que, con el tiempo, se convertiría en un punto de referencia para todos los que fuimos niños en el barrio. Con la muerte de Zaida, se han ido también retazos de una época en la que el barrio bullía de vida, el cine Price nos traía los grandes estrenos de Hollywood”, añade.


Eran días en los que los negocios de toda la vida prosperaban y, entre todos ellos, había uno que destacaba de manera especial: el estanco de Zaida. Apenas 12 metros cuadrados le bastaron a ella, a su hijo José y a su nuera Mari para hacer de aquel pequeño local una verdadera lámpara de Aladino.


“No había artículo que no pudieras encontrar allí. Como si del bolso de Mary Poppins se tratara, Zaida se agachaba, o bien cogía un palo para alcanzar los estantes más altos, y te entregaba lo que buscabas. Y aunque pueda parecer un gesto simple, hay recuerdos de mi infancia que llevan su nombre grabado. Aún conservo las películas en VHS que mis padres me compraban cada semana y que fueron el germen de mi amor por el cine. Quizá por eso la recuerdo con tanto cariño, además de por el trato que siempre nos daba, lleno de sonrisas y de aquellos Dile a tu madre que…”, añora Nicky.


Pero si algo hacía especial a este estanco, además de la calidez de Zaida, era su sorprendente capacidad para adaptarse a los tiempos. “Aquel diminuto negocio estaba a la vanguardia de la tecnología y el estanco Price fue, durante años, el lugar de referencia para comprar CD y DVD vírgenes. Cientos de personas venían de todos los rincones a comprar productos tecnológicos a un estanco que se convirtió en un pequeño universo de recuerdos”.


Nicky afirma que “siempre que nos cruzábamos, se reía al recordarme las veces que intenté, sin éxito, engañarla diciéndole que mi madre me había dado permiso para comprar petardos. Ése es el recuerdo que guardaba de aquel niño que apenas alcanzaba a ver por encima de un mostrador que, en mi memoria, sigue siendo altísimo y repleto de periódicos. Creo que la partida de alguien no debería hundirnos en la tristeza, sino invitarnos a celebrar su vida y el impacto que tuvo en la nuestra. Y eso quiero hacer con Zaida. Celebrarla a ella y también a José y a Mari, que cada día siguen subiendo la persiana del nuevo estanco Price, que ahora se ubica en la avenida Islas Canarias. Porque su legado sigue vivo, creciendo y evolucionando, tal como ella lo habría querido”.

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