Un día, sin previo aviso, las letras de un libro comienzan a desvanecerse. Los rostros familiares pierden nitidez y, de repente, mirar a los ojos de quien te saluda se convierte en un desafío. La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) es una de las principales causas de baja visión en personas mayores. Afecta la mácula, la parte central de la retina responsable de la visión detallada. Aunque la enfermedad no tiene cura definitiva, existen estrategias para aprovechar la visión residual y mejorar la autonomía del paciente.
Los pacientes de baja visión normalmente acuden cuando ya se les ha dado toda solución médica posible. Una vez en IRVO, se diseñan programas personalizados de rehabilitación visual. Cada intervención se adapta a las necesidades de cada paciente, permitiendo en muchas ocasiones recuperar independencia en la lectura, el desplazamiento y las actividades diarias. Además de la DMAE, muchas otras enfermedades de la retina, como la retinopatía diabética o la retinosis pigmentaria, pueden beneficiarse de estas técnicas.
¿Qué siente un paciente cuando pierde la visión central?
“Al principio, mucha frustración. No es solo dejar de leer, es no reconocer a quien tienes enfrente. Muchas personas creen que ya no hay solución, pero con el entrenamiento adecuado pueden recuperar gran parte de su autonoma” asegura el doctor Vicente Martín-Montañez, optometrista de IRVO.
¿Qué tipo de ayudas existen?
“Desde sistemas de magnificación, como lentes especiales, filtros y telescopios, hasta técnicas de reeducación visual. En IRVO, enseñamos a los pacientes a utilizar y optimizar su visión de forma eficiente para que puedan recuperar parte de su funcionalidad en actividades diarias”.
IRVO (Instituto de Rehabilitación Visual y Optometría de Canarias) ofrece un servicio especializado en Baja Visión. Calle San Sebastián 72, Santa Cruz de Tenerife | Teléfono: 620 376 655.