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Revelan la causa de los principales problemas en las redes de saneamiento de Candelaria

El vertido inadecuado de residuos en el inodoro genera altos costes municipales, impacta en el medioambiente y puede derivar en el cierre de playas, como sucedió recientemente en Candelaria
Estado de la red de saneamiento en el momento de la incidencia. DA

El reciente cierre de las playas de Los Guanches y Olegario, en el municipio de Candelaria, que permanecieron inhabilitadas para el baño hasta el pasado martes 25 de febrero, se debió a una obstrucción en el sistema de alcantarillado generada por la acumulación de toallitas húmedas. Esta situación, lejos de ser un caso aislado, refleja un problema causado por los malos usos de la ciudadanía de los innodoros. Estas incidencias afectan a los municipios de Tenerife, con un impacto más pronunciado en las localidades del sur, donde la afluencia turística y el crecimiento poblacional intensifican los daños y efectos.

El vertido se detectó el 21 de febrero en un pozo de registro de la red unitaria ubicado en la avenida de La Constitución. “Este tipo de incidencias son los principales problemas que enfrentamos en la red de saneamiento”, explica Moisés García, jefe de producción de Aqualia en Tenerife. Esta empresa gestiona nueve redes de saneamiento en los municipios de la comarca sur Candelaria, Güímar, Arico, Granadilla de Abona, San Miguel, Adeje, Guía de Isora y Santiago del Teide.

García detalló que, aunque muchas toallitas se comercializan como biodegradables, su tiempo de descomposición es mucho mayor que el que tardan en llegar a las estaciones de bombeo o depuradoras. “Este tipo de residuos no se disuelven como el papel higiénico, sino que se agrupan formando grandes masas compactas que atrapan otros residuos, grasas y materiales sólidos presentes en las tuberías”, explicó. Con el tiempo, estas acumulaciones se solidifican y generan bloqueos severos en las infraestructuras, afectando a bombas, estaciones de bombeo y depuradoras.

El impacto de estos atascos no es sólo medioambiental, sino también económico. Según explicó Aqualia, cada intervención requiere dos operarios de guardia, un camión cisterna con su equipo y el traslado de la bomba a un taller especializado para su reparación, con un coste calculado de entre 5.000 y 10.000 euros por cada actuación.

El concejal de Servicios Públicos Municipales de Granadilla de Abona, Marcos Antonio Rodríguez, subrayó que el impacto financiero de estos atascos es considerable.

“El gastos asociado puede representar hasta un 40% del coste total del servicio”, indicó. Esta cifra incluye tanto los gastos directos, derivados del mantenimiento de tamices, bombas y sistema de desbastes (para separar los sólidos y el agua), como los costes indirectos relacionados con la limpieza de las redes y la reparación de infraestructuras dañadas.

Infraestructuras al límite

El crecimiento demográfico de Tenerife también ha agravado la situación. “Muchas de las redes de saneamiento fueron diseñadas hace 20 o 30 años, cuando la carga hidráulica era menor”, explicó García.

Con el aumento de la población, sobre todo en comarcas como las del Sur, las infraestructuras han quedado desbordadas. Además, en zonas como Candelaria, las redes siguen siendo unitarias; es decir, combinan aguas residuales y pluviales, lo que incrementa el riesgo de desbordamientos.

El Ayuntamiento de Candelaria reitera la importancia de un uso responsable del sistema de saneamiento. “El inodoro no es una papelera. Si la población no cambia sus hábitos, este tipo de incidentes seguirán ocurriendo”, advierten desde el consistorio.

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