El incendio forestal que asoló Tenerife en agosto de 2023 dejó una cicatriz imborrable en el paisaje de la Isla, arrasando más de 14.000 hectáreas de monte. No obstante, más de un año y medio después, los ecosistemas comienzan a mostrar signos de recuperación, aunque el proceso es desigual y complejo. El perfil @FenixCanarias ha documentado en un hilo en la red social X cómo avanza esta regeneración.
El pino canario (Pinus canariensis), especie endémica de Tenerife, ha demostrado una capacidad extraordinaria para rebrotar tras el fuego. Este árbol ha comenzado a reverdecer en muchas zonas afectadas, dando la impresión de una recuperación acelerada. Sin embargo, no todo el monte es pinar: otras especies vegetales y el suelo muestran una recuperación mucho más lenta. Además, los pinos radiata (Pinus radiata), introducidos en el siglo XX y sin capacidad de rebrote, permanecen muertos en pie o han sido talados para evitar riesgos y aprovechar su madera antes de que se degrade.
El monteverde no cuenta con la misma capacidad de regeneración que el pino canario. Para acelerar su recuperación y proteger el suelo de la erosión, los troncos quemados se han convertido en fajinas y materia orgánica. Esta técnica ayuda a retener agua y nutrientes esenciales para la regeneración del ecosistema. En las zonas altas del Parque Nacional del Teide, donde predominan los matorrales, la recuperación es aún más lenta.
🛰️📸 Así luce hoy la cicatriz que dejó el incendio de 2023 en Tenerife, pero… ¿Qué aspecto tienen los ecosistemas tras el paso del fuego más de 1 año y medio después? 👇🧵 pic.twitter.com/tUZA9a34g5
— Fénix Canarias (@FenixCanarias) March 25, 2025