puerto de la cruz

Más de un millar de personas exigen soluciones para terminar con los vertidos en Playa Jardín

Cansada de “promesas vacías”, muchas reuniones y pocas soluciones, la ciudadanía portuense se lanzó ayer a la calle para exigir a las administraciones públicas una “solución real” a Playa Jardín, cerrada al baño desde el 3 de julio del año pasado por los vertidos de aguas residuales, y un mar limpio y sin contaminación.


Una gran marea de camisetas amarillas, algunas con el logo de la Plataforma Stop Vertidos al Mar, convocante de la manifestación, otras pintadas a mano con frases como ‘no queremos bañarnos en caca’, recorrió las calles de Puerto de la Cruz ante la mirada atenta de vecinos y turistas, algunos sin entender los motivos, otros dudando en sumarse, mientras que hubo quienes se conformaron con inmortalizar la protesta con sus teléfonos móviles.


Encabezada por niños y niñas con caras pintadas con los colores de la bandera canaria y una gran pancarta que rezaba ‘El mar es vida no es un vertedero’, partió a las doce en punto del mediodía desde playa Martiánez y contó con la participación de otros colectivos de la Isla como ‘Salvar la Tejita’, el club de surf ‘La Tembladera’, Frente Común por Canarias, y Plataforma Los Silos-Isla Baja.


La protesta transcurrió de forma pacífica, sin incidentes, y con un gran despliegue de seguridad. La cifra de asistentes fue variando en todo el recorrido según la Policía Nacional, incrementándose a partir del Paseo San Telmo y hasta el final del recorrido aunque es cierto que la convocatoria fue un éxito y sobrepasó las mil personas, un número que los organizadores elevaron a más de 1.500.


“Playa Jardín, mierda sin fin; “Depuración deficiente, mata al medio ambiente”; “La playa está infectada y aquí no se hace nada”; “Dávila, Dávila, Dávila, queremos playa”; “Se nota, se siente, el pueblo está presente”; “menos reuniones, más soluciones”; “Punta Brava no se vende, se ama y se defiende”; o “la tirita no es la solución” fueron algunas de las frases que se pronunciaron de forma reiterada para señalar la “inacción” y las “mentiras” de los gobernantes al problema de los vertidos fecales.


Durante el trayecto los convocantes realizaron dos paradas puntuales. La primera de ellas fue en la entrada trasera del Ayuntamiento, donde la vicepresidenta de la Plataforma, Cande Padilla, trasladó los principales mensajes dirigidos a los y las responsables políticos, haciendo especial hincapié en la necesidad de “políticas reales que frenen la contaminación y protejan nuestro mar y nuestra costa” y no “tiritas” que lo parcheen. Esta última, una de las que más se escucharon, fue en alusión a las declaraciones vertidas en un primer momento por la consejera insular de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Blanca Pérez, al referirse al arreglo que necesitaba el emisario.


Blanca Pérez, cuya foto podía verse en una de las pancartas, fue el centro de todas las críticas, seguida de la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, a quien le requerían: “Dávila, Dávila, Dávila devuélvenos la playa”.


La siguiente detención fue frente a Playa Jardín. Allí los convocantes invitaron a corear la canción hecha especialmente para el día de ayer y minutos después llegaron a destino, la depuradora de Punta Brava, al otro extremo de la ciudad.


El final del trayecto no fue elegido al azar sino para demostrar que esta infraestructura, construida a comienzos de los años 90 del pasado siglo, también es parte del problema ya que ha quedado obsoleta para almacenar las aguas negras de la ciudad y de los municipios aledaños, como Los Realejos y La Orotava. En ese punto, los convocantes colgaron la foto de Blanca Pérez. “Ahí tienes tu tirita”, se oyó gritar.


Acto seguido, Cande Pérez y la presidenta de la Plataforma, Tania Hernández, agradecieron la asistencia de los presentes; hicieron un llamado a las autoridades locales, insulares y regionales para que tomen medidas “inmediatas y efectivas” e “implementen un sistema de depuración adecuado que garantice que las aguas que ingresan al mar sean seguras y limpias”. Y fundamentalmente, dejaron claro que seguirán luchando “por un Puerto de la Cruz más limpio, más saludable y más justo”.

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