Gustavo Escobar Díaz (Puerto de la Cruz, 1977) es el director general del Gran Hotel Taoro, que en estos meses finaliza las obras de su restauración –en realidad es un hotel nuevo, que sigue los patrones arquitectónicos del antiguo–. Ha sido, como ven, profeta en su tierra. El Taoro dio lustre al Puerto de la Cruz y a toda la industria turística de Tenerife desde 1890 a 1976. Luego fue casino y sufrió diversas ocupaciones que nada tenían que ver con el turismo. Mi interlocutor lleva más de 20 años de experiencia en la dirección de hoteles de lujo y ha destacado siempre por su compromiso con la satisfacción del cliente, la optimización de beneficios y la búsqueda constante de la excelencia. Y les aseguro que no son sólo palabras. Ha gestionado hoteles de cinco estrellas de propiedad familiar y marcas hoteleras de lujo internacionales, como The Leading Hotels of the World. Se trata de un líder dinámico y analítico, orientado siempre a los resultados, comprometido con llevar la excelencia de la industria hotelera de lujo a nuevos retos y ansioso por transmitir su experiencia y su pasión a los equipos que capitanea. En sus escasos ratos libres participa en competiciones automovilísticas. Es su pasión y también la de su padre, muy metido en la industria del turismo y acaso su maestro, entre otros maestros.
-Bueno, Gustavo, va a llegar el gran día. Julio está a la vuelta de la esquina. Cuéntame cuál es la inversión de Tropical Turística Canaria en el Gran Hotel Taoro y cuál el costo total de esta obra.
“La inversión de Tropical Turística Canaria en el Gran Hotel Taoro asciende a casi 50 millones de euros, de los cuales 15 millones han sido cofinanciados por el Cabildo de Tenerife para el desarrollo de la seguridad estructural, rehabilitación del edificio y mejora de los jardines. El objetivo principal es el de devolverle el esplendor original y volver a convertirlo en el referente de la hostelería de lujo que fue el establecimiento hace muchos años”.
-El emblemático Taoro se hubiera hundido para siempre si tu compañía no interviene, ¿no crees?
“Sí, somos plenamente conscientes de la importancia del convenio con el Cabildo de Tenerife para la rehabilitación del Taoro. Sin este acuerdo, el hotel que es un símbolo de la historia del Puerto de la Cruz y de Tenerife, podría haber caído en un estado irreversible de deterioro”.
-Un acierto de ambos, del Cabildo y de Tropical Turística Canaria.
“Estamos muy agradecidos de que el Cabildo nos haya confiado este proyecto de renovación y la gestión de esta joya histórica, a través de My Way Hotels&Resort, que ya está a cargo de otros hoteles de lujo en la isla, como los conocidos Abama Hotels en el sur de Tenerife, para asegurar la preservación y revitalización de este patrimonio histórico”.
-Tengo una pregunta que no sé si tú me podrás responder.
“Para eso estamos aquí”.
-No es sólo el hotel, Gustavo, el parque del Taoro está hecho un asco. ¿No crees que hay que reordenar su exuberante vegetación?
“Efectivamente, me parece fundamental el embellecimiento previsto para los alrededores del hotel. No solamente vamos a recuperar los jardines francés e inglés sino que también se esperan mejoras estructurales en el parque del Taoro. Y no sólo va a realzar todo ello el hotel sino que será una oferta más a los huéspedes. Un entorno espectacular para que puedan disfrutar de esa joya de la naturaleza que es la vegetación de esta zona de la ciudad”.
-¿Qué pretende tu compañía que sea el Taoro?
“El Gran Hotel renace ahora con el objetivo de volver a ser el lugar de referencia del turismo nacional e internacional, el de aquellos que buscan la excelencia en el servicio, el máximo confort, experiencias inolvidables en un establecimiento emblemático y de enorme singularidad”.
-Con sus correspondientes complementos, supongo.
“Sí, porque se convertirá también en una especie de templo gastronómico, aspirando a lo más alto en el sector y con chefs de renombre nacional. Además, será el punto de partida ideal para descubrir la auténtica isla de Tenerife. Ese Norte tan nuestro, tan lleno de pueblos y rincones excepcionales, encantadores y plenos de maravillas naturales”.
-La sociedad del Norte, tan desamparada en cuanto al reconocimiento de su standing, se lo va a agradecer.
“Es que queremos ser un lugar de referencia para el cliente local, el “place to be” para la sociedad del Norte tinerfeño, un lugar donde disfrutar de una experiencia gastronómica, de ocio y bienestar única. Ser el escenario perfecto para eventos importantes que marcan nuestras vidas, como las bodas y otras celebraciones, tanto familiares como sociales”.
(Yo conocí y admiré a don Jesús de Polanco, padre de Ignacio y de Manuel Polanco, que son los responsables de la empresa que regentará el hotel en los próximos 60 años. Por eso era inevitable la pregunta del por qué la familia Polanco han apostado siempre por la isla de Tenerife, sobre todo por el Sur. Le pregunto a Gustavo Escobar por ese amor de ellos por Tenerife).
“La familia Polanco ha demostrado ser visionaria en su apuesta por Tenerife, algo patente en el desarrollo de Abama, en el Sur de la isla. Su inversión en el Gran Hotel Taoro refleja el compromiso con la preservación y revitalización del patrimonio histórico y su apuesta por proyectos que resultan emblemáticos, fruto de su compromiso con la excelencia y la innovación en el sector”.

-¿Le devolverán al Taoro su esplendor?
“Por supuesto, pero no sólo eso, sino que pretendemos posicionarlo de nuevo como un referente del turismo de lujo. Este proyecto, al igual que Abama, tiene su verdadero potencial en la transformación del entorno, en la generación de empleo y en la atracción de visitantes de alto nivel, que buscan experiencias únicas y exclusivas en Tenerife”.
-Gustavo, ¿le darán ustedes la vuelta al Puerto de la Cruz?
“Eso intentamos. Desde luego, el Taoro va a tener un impacto muy positivo en ese aspecto y supondrá un fuerte impulso al turismo de calidad, ya que va a traer un perfil de cliente de alto nivel, con grandes expectativas y a la búsqueda de una experiencia de categoría. Esto va a incrementar la rentabilidad turística en el Norte de Tenerife. Creemos que el hotel será también el responsable de que se active una corriente de inversión y de trabajo, público y privado, para mejorar las infraestructuras y la oferta de la ciudad, que acabará posicionando al Puerto de la Cruz como un destino turístico de primer nivel internacional”.
(El hotel ya admite reservas para julio. Gustavo dice no tener miedo en absoluto en relación a este plazo. Ya se están amueblando algunas habitaciones. También explotará el Taoro el horrendo palacio de congresos –es una opinión personal, mi interlocutor no desea dar la suya–, que ha habido que reconstruir en cuanto a la techumbre por motivos que no vienen al caso. Ese palacio de congresos será renovado y se celebrarán en él distintos eventos, proporcionando un entorno versátil. Sé que han tenido problemas en la contratación de trabajadores para la obra del hotel: no hay, al menos los suficientes. Pero finalmente lo han logrado y realizan un esfuerzo enorme. Proceden de muchas nacionalidades, hasta chinos. Y han avanzado mucho en la contratación del personal del hotel. Se trata de una tarea ingente. Son 199 habitaciones y 16 suites, cuatro de ellas presidenciales, piscinas, bares, restaurantes, zonas de servicios).
-¿Es consciente la empresa de la historia de este hotel?
“Somos plenamente conscientes de la riquísima historia del Taoro, con casi 135 años que la avalan y con la distinción, que nadie le puede quitar, de haber sido el primer gran hotel de lujo en España. Estamos absolutamente decididos a honrar esa historia”.
-Es que no sólo fue un hotel, sino que fue mucho más.
“Lo sabemos. Fue un icono de la era dorada del turismo, un espacio que combinaba la elegancia de su arquitectura neoclásica con una oferta de servicios pionera para su tiempo. Desde su apertura, el hotel atrajo a visitantes ilustres de todo el mundo, como el rey Alfonso XIII, el Duque de Kent, Agatha Christie y se convirtió en el epicentro social de Tenerife y un lugar donde la historia, el arte y la cultura se entrelazaban en perfecta armonía”.
-¿Es cierto que crearán una fundación?
“Sí, es parte de nuestro compromiso. Esta organización, sin ánimo de lucro, tendrá como objetivos promover iniciativas que ayuden positivamente al destino, apoyar proyectos sociales y de sostenibilidad de la industria turística y desarrollar actividades culturales que promuevan el talento local, amén de ofrecer formación para mejorar la cualificación de los profesionales del sector. Tropical Turística destinará el 1% de los ingresos anuales netos generados por el hotel a estos cometidos”.
-¿Qué artistas canarios estarán presentes en las paredes del nuevo Taoro?
“Bueno, esto va a ser una sorpresa. Aunque sí puedo decir que apostamos firmemente por el talento artístico local y por eso abriremos las puertas al arte canario, especialmente del Norte de Tenerife. Contaremos también con una sala polivalente de exposiciones y exhibiremos obras de artistas locales contemporáneos, tanto en las habitaciones como en las zonas comunes. Queremos estar conectados con el alma de Canarias, a través del arte”.
-¿Quiénes han sido los arquitectos de la obra?
“Virgilio Gutiérrez Herreros y Eustaquio Martínez García, ambos profesionales de enorme reputación y de mucha experiencia en este tipo de obras de rehabilitación de edificios históricos. Han trabajado con un equipo al cien por cien local”.
-Era difícil.
“Sí, porque había que tener en cuenta la historia y ser respetuosos con el presente y el futuro del hotel. Hay que decir que la renovación de un hotel de lujo debe planearse al menos una vez cada diez años”.
-Como portuense, ¿qué significa para ti ser el primer director general del nuevo Gran Hotel Taoro?
“Un honor y una gran responsabilidad”.
-¿Algo más, además de ese honor?
“Sí, estoy feliz de contribuir al renacimiento de un icono histórico, de ayudar a devolver a nuestra sociedad un lugar que ha sido parte de nuestras vidas y recuerdos y de contribuir a posicionar al Puerto como un destino turístico de primer nivel. Me siento profundamente orgulloso”.