Las Galletas es uno de los puntos del sur tinerfeño más amenazados por el calentamiento global. Sus habitantes son testigos, con cierta frecuencia, de las consecuencias de las subidas de las mareas y los destrozos que causa periódicamente en el paseo marítimo, con algunos derrumbes de tramos de acera, y en la carretera general TF-66, que bordea el litoral y que comunica a este pueblo aronero con El Fraile y Guaza.
Las Galletas es una de las zonas consideradas de alto riesgo acumulado, junto con otras 46 en toda Canarias, que aparecen en los Planes de Impulso al Medio Ambiente (PIMA), un documento del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico en el que se advierte de los perjuicios que acechan a las Islas en las próximas décadas, con el fin de tomar las decisiones preventivas que minimicen el impacto del cambio climático en las zonas más frágiles.
Esta situación de vulnerabilidad a inundaciones y erosión costera por la subida del mar convertirá a Las Galletas en la primera localidad de Canarias en formar parte del proyecto de acción climática, pionero en el Archipiélago, un documento que deberá aprobar la Consejería de Transición Ecológica y Energía y que involucra también al Cabildo de Tenerife y al Ayuntamiento de Arona en la adopción de medidas para proteger y adaptar el litoral de esta zona.
En ese sentido, el Consejo de Gobierno del Cabildo aprobará hoy el protocolo inicial para impulsar el proyecto de acción climática, que contempla la “reubicación de la avenida del Atlántico (diseñando un nuevo trazado interior), la renaturalización del frente marítimo y la playa (enfocado en la construcción de un nuevo paseo peatonal que preserve los charcos intermareales) y el desarrollo de medidas de protección que mitiguen los riesgos de inundación y aumenten la resistencia de la zona urbana”, en palabras de Alicia Leirachá, directora insular de Proyectos Estratégicos.
El proyecto, por tanto, supondrá una considerable transformación de una parte de la fachada marítima, con la ampliación de la playa, que será más ancha, elevando su nivel por encima de la actual carretera, cuyo trazado se modificará hacia el interior para alejarla de la acción de las mareas y de los daños recurrentes. Además, se construirá un paseo peatonal nuevo.
Son numerosas las ocasiones en las que el mar se ha adentrado tierra adentro en el frente marítimo de Las Galletas, pueblo marinero muy castigado por los días de mala mar. En septiembre de 2023, el fuerte oleaje causó el hundimiento parcial del paseo marítimo, lo que obligó a acordonar la zona y cerrar los accesos a la playa. Dos años antes, en agosto de 2021, ocurrió algo similar y en otras ocasiones la vía TF-66 se ha cerrado al tráfico debido a la altura de las olas.
