Durante años, el plátano ha sido considerado la principal fuente de potasio en la alimentación diaria. No obstante, investigadores en nutrición han comenzado a destacar otros alimentos igualmente ricos en este mineral esencial, con beneficios adicionales para la salud.
Uno de ellos es el camote, también conocido como batata o papa dulce, un tubérculo que, además de su sabor agradable y su perfil nutricional, ofrece interesantes propiedades para el bienestar cardiovascular y el descanso nocturno.
Cultivado ampliamente en zonas tropicales y subtropicales, el camote proviene de la planta Ipomoea batatas, perteneciente a la familia de las convolvuláceas. Su creciente popularidad no solo se debe a su versatilidad culinaria, sino también a su potencial para apoyar funciones clave del organismo como la regulación de la presión arterial y la mejora del sueño.
Uno de los principales aportes del camote es su alto contenido en potasio, un mineral que desempeña un papel fundamental en el control de la presión arterial. Este nutriente ayuda a contrarrestar los efectos del sodio y facilita la relajación de los vasos sanguíneos, promoviendo así una circulación más fluida y una tensión arterial estable.
Además:
- Es bajo en sodio de forma natural, lo que lo convierte en un alimento ideal para personas con hipertensión o que buscan prevenirla.
- Contiene magnesio, otro mineral crucial para la relajación de las arterias y el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
- Su riqueza en antioxidantes, como los betacarotenos y polifenoles, ayuda a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, factores implicados en enfermedades cardíacas.
¿Y cómo mejora la calidad del sueño?
El camote también es un aliado natural del descanso, gracias a una combinación de nutrientes que favorecen la relajación y el equilibrio neurológico:
- Magnesio: conocido por sus propiedades relajantes a nivel muscular y nervioso, ayuda a conciliar el sueño y a mantenerlo durante la noche.
- Triptófano: este aminoácido presente en el camote es precursor de la serotonina y la melatonina, hormonas clave para regular el sueño y el estado de ánimo.
- Carbohidratos complejos: su contenido en fibra y azúcares de liberación lenta evita picos de glucosa en sangre que podrían interrumpir el ciclo del sueño.
- Vitamina B6: interviene en la síntesis de neurotransmisores como la serotonina, favoreciendo un estado mental más calmado y predispuesto al descanso.