Nuevas y perturbadoras pistas descubiertas en la guarida abandonada de Christian Brueckner en Alemania han intensificado la investigación sobre la desaparición de Madeleine McCann. Los investigadores, según Daily Mail, están seguros de que la pequeña está muerta.
Madeleine McCann tenía tres años cuando desapareció del resort portugués Praia da Luz el 3 de mayo de 2007. Christian Brueckner, un pedófilo alemán, ha sido el principal sospechoso en su desaparición durante años.
Un impactante alijo de documentos horribles, fotografías, trajes de baño infantiles y juguetes fue supuestamente descubierto en una antigua fábrica de cajas que Brueckner compró en 2008, un año después de que la niña británica fuera vista por última vez.
Entre los hallazgos inquietantes había un disco duro con imágenes que la policía ha mantenido en secreto, pero que se cree refuerzan la creencia de los investigadores de que Madeleine McCann fue asesinada.
La policía también encontró posteriormente un documento que parece corroborar el testimonio de un informante que afirmó que Brueckner confesó su asesinato en España en 2008.
La pista de Madeleine McCann
Los hallazgos, revelados en una investigación del diario The Sun que se emitirá en Channel 4 la noche del miércoles, arrojan nueva luz sobre la inquietante obsesión de Brueckner con los niños y su posible implicación en el caso.
Brueckner fue absuelto el año pasado de agresiones sexuales no relacionadas ocurridas en la misma zona de donde desapareció Madeleine McCann.
Pero en 2016, la policía que registraba una fábrica a su nombre en Neuwegersleben, en el centro de Alemania, descubrió unas 8.000 piezas de material perturbador que supuestamente incluían vídeos y fotografías de presuntos delitos.
Entre los materiales encontrados había un disco duro con fotografías que se cree fueron tomadas en Portugal, consideradas clave para convencer a los investigadores de que Madeleine murió poco después de su desaparición en mayo de 2007.
También se entregó a la policía un ordenador portátil que supuestamente contenía información vital que vinculaba a Brueckner con el caso.
La policía también descubrió un alijo de memorias USB y tarjetas de memoria enterradas bajo el cadáver del perro de Brueckner, que estaba enterrado en la fábrica abandonada.
Los dispositivos de almacenamiento contenían miles de archivos, incluidas imágenes de abuso infantil, relatos detallando fantasías de secuestro de niñas pequeñas y registros de chats por Skype con otros pedófilos.
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