La autopista TF-5, principal vía de conexión entre el norte de Tenerife y el área metropolitana de Santa Cruz-La Laguna, registra altos niveles de congestión, especialmente durante las primeras horas del día en sentido a la capital tinerfeña.
Entre las 6:30 y las 10:00 horas se concentran las principales retenciones en esta vía, provocadas por el desplazamiento masivo de residentes desde municipios del norte hacia centros laborales, sanitarios, educativos y administrativos ubicados en la capital y zonas limítrofes.
Horarios con menos tráfico en la TF-5
Según los patrones habituales de movilidad, las franjas horarias con menor tráfico en la TF-5 son:
- Antes de las 6:00 horas, cuando los desplazamientos tempranos permiten evitar las retenciones matinales.
- Entre las 10:00 y las 13:00 horas, franja en la que disminuye considerablemente la densidad tras el pico matutino.
- A partir de las 20:00 horas, cuando el tráfico tiende a ser más fluido.
En cambio, se vuelve a registrar un aumento de la congestión entre las 15:00 y las 17:00 horas, coincidiendo con salidas escolares, gestiones vespertinas y regreso parcial del trabajo.
Causas de los atascos en la TF-5
Los embotellamientos en esta autopista se deben principalmente a la elevada concentración de vehículos en poco tiempo con origen en el norte insular y destino en el área metropolitana. Esta situación responde a la centralización de servicios en Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna.
A ello se suman puntos de acceso mal dimensionados en zonas como Guamasa, Padre Anchieta o La Laguna, donde se producen efectos embudo que dificultan la incorporación fluida de vehículos.
Además, accidentes leves o averías también contribuyen a agravar las colas, incluso cuando no se registran heridos.
El accidente más común
De acuerdo con datos del Observatorio Europeo de Seguridad Vial y la Dirección General de Tráfico (DGT), el siniestro más frecuente en la TF-5 es el choque por alcance. Este tipo de accidente suele producirse por falta de distancia de seguridad o distracciones al volante, como el uso del teléfono móvil.
Aunque en la mayoría de los casos no genera daños personales graves, el frenazo repentino en un entorno con gran densidad vehicular puede provocar retenciones en cadena que afectan a varios kilómetros de la vía.