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La multinacional Chiquita se instala en Europa y amenaza al plátano canario

La compañía estadounidense construye en Bérgamo, Italia, su mayor centro de maduración en la UE, y experimenta con una plantación piloto de 20.000 plataneras en Sicilia
La multinacional Chiquita se instala en Europa y amenaza al plátano canario

¡Chiquita competencia! La multinacional estadounidense fundada en 1899 por el ferroviario Minor Keith bajo el nombre de United Fruit Company se labra un futuro en Italia y amenaza la expansión europea del plátano de Canarias. La compañía Chiquita ha instalado en Cortenuova (provincia de Bérgamo, en la región de Lombardía) su mayor centro de maduración en la UE y ha plantado las primeras 20.000 plataneras en Sicilia con vistas a iniciar la comercialización del producto a mediados de 2026.


En una misión inversa enmarcada en el Plan Sectorial Agroalimentario Plátano de Canarias IGP, una delegación italiana visitó el Archipiélago en septiembre para conocer el proceso de producción. La integraban representantes de los supermercados Coop, la empresa de maduración Fruttital SRL y el operador español Hermanos Fernández López, en una iniciativa coordinada por el área de Promoción Exterior (Proexca) junto a la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) destinada a abrir las puertas del mercado transalpino. Ya en 2012, la mencionada sociedad del Gobierno autonómico desplegó en Alemania, durante la Fruit Logística, una pionera campaña de promoción del plátano fuera de España de cuatro semanas. Entonces, se cerraron contratos con las dos cadenas de grandes superficies más importantes (Karstadt y Kaufhof), además de los mercados municipales de Colonia y de Berlín.


“Están haciendo toda la planificación logística para inundar el mercado de una forma tremenda”, comenta Theo Hernando, secretario general de Asaga Canarias Asaja, en relación a los movimientos de la poderosa bananera americana a la sombra del acuerdo de la UE con Mercosur (de supresión de aranceles y barreras comerciales entre ambos bloques). “Nos están comiendo el pastel. Llegamos tarde a la diversificación que queríamos hacer para no depender solo del mercado peninsular, e incluso impulsando el plátano ecológico”.


En este escenario, Hernando apela a la unidad: “Lo que hace falta para no perder terreno es ir todos a una y ser más eficientes en los gastos productivos y de distribución. En estos momentos se manda el plátano de Canarias con veinte marcas. Y cada organización, con sus empaquetados, fletes, camiones y reparto. ¡Un desbarajuste! Si seguimos peleándonos, ellos estarán felices. Los de Chiquita se tiran al suelo de la risa”.


En 5.000 metros cuadrados, Gimatrans “dispone de 24 cámaras de maduración de doble nivel y dos líneas de envasado de alta velocidad, capaces de producir hasta 45 bandejas por minuto”, detalla Crónica del Campo. “Su capacidad avanzada de almacenamiento y control asegura una maduración uniforme en cinco días, con una rotación que no sobrepasa los siete”. Llegan bananas desde los puertos de Vado Ligure, Civitavecchia, Salerno y Gioia Tauro.


En palabras de Costabile Romano, director comercial de Chiquita en Italia, recogidas por Aconcagua.lat, la experiencia siciliana representa una doble oportunidad: “Por un lado, fortalecer el vínculo con los consumidores italianos, que tienen una fuerte sensibilidad por el origen de los productos y que siempre han considerado a Chiquita una marca de amor real, gracias a la presencia histórica en el país y la confianza construida en décadas de relaciones con familias y compradores. Por otro, contribuirá a mejorar la producción local insertándola en un contexto internacional. El producto italiano banana no es solo una etiqueta, sino una declaración de intención. Queremos que perciban el vínculo”.


Entretanto, la Plataforma Agraria Libre de Canarias (Palca) y Por un Precio Justo y Auténtico del Plátano alertan: “El sector se encuentra al borde de la ruina y las administraciones no reaccionan ante un nuevo desplome de los precios, a lo que se añade el avance descontrolado de plagas”. Lanzan un grito desesperado: “Así no hay quien salve al plátano de Canarias”. Por esos y más motivos, una cáscara de mal agüero en el suelo barrunta un resbalón de aúpa.

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