Un diagnóstico elaborado por profesores e investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL), coordinado por David Padrón, advierte de que Canarias no abandonará la cola de España en pobreza y exclusión social, así como el riesgo de padecerla, si no corrige factores propios del Archipiélago que ya se daban antes de la crisis económica: bajos salarios, precariedad laboral en general y baja productividad.
Tal es así que sus autores previenen de que el “debate sobre la desigualdad distributiva y la incidencia de la pobreza en Canarias carece de sentido si no se enmarca en el ámbito más amplio del modelo económico”.
El informe fue encargado a la ULL por el Gobierno canario en 2015, cuando era comisionado de la Inclusión Social y Lucha contra la Pobreza Néstor Hernández, del PSOE, y se presentó en el verano de 2016; y ha sido actualizado este año, en que este cargo lo ocupa Santiago Rodríguez, de CC. El documento nació con la finalidad de servir de apoyo para la elaboración de un nuevo Plan Canario de Lucha contra la Pobreza y de Inclusión Social.
En declaraciones ayer a este periódico, Padrón, profesor de Economía Aplicada en la ULL, subrayó que este diagnóstico viene a coincidir en rasgos generales con la preocupante realidad socioeconómica que refleja el presentado la pasada semana por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (AEPN), según la cual el 44,6% de los canarios sufre riesgo de pobreza y exclusión social (tasa Arope), lo que supone 16,7 puntos porcentuales más que la media nacional.
“Canarias tiene particularidades que llaman la atención: por un lado, los bajos niveles medios salariales de renta y de gasto, siempre muy inferiores al valor medio nacional; por lo que, aunque se reparta la riqueza mejor, partimos de un nivel de renta inferior, y además la riqueza está menos equitativamente distribuida, por lo que también somos de las regiones más desiguales; de ahí que nuestro problema sea doble”, manifestó el coautor del estudio de la ULL, Desigualdad, pobreza y cohesión social en Canarias. Análisis de su incidencia en la población canaria.
Una brecha salarial entre Canarias y la media española que no se puede explicar, como causa principal, por el monocultivo del turismo, o sea, por la estructura productiva de su economía. Y lo demuestra el hecho de que en Canarias los trabajadores de la hostelería ganan entre el 18 y el 20% menos que en Baleares, según recuerda Padrón citando datos del Instituto Nacional de Estadística de 2014. Es decir, con igual formación, igual puesto, en igual rama de actividad, los canarios ganan menos que en la Península y Baleares.
En sus conclusiones, el diagnóstico de la ULL advierte de que en la época de bonanza económica 1994-2007 Canarias se alejó de la renta media de España “de forma creciente” por primera vez desde la década de 1950, lo cual “se traduce inevitablemente en una mayor prevalencia de la pobreza”. Por ello, los autores del estudio insisten en que, “sin ningún género de dudas, los bajos niveles de productividad y eficiencia” de la economía en Canarias “son uno de los factores más importantes de la ralentización del crecimiento económico y del creciente distanciamiento de los estándares de renta por habitante a nivel nacional”. Y lo remarcan aún más: “La alta precariedad laboral constituye un factor explicativo de primer orden de la desigualdad social y la pobreza cronificada en esta región”.
El informe de la ULL subraya que en Canarias se da “una escasa presencia de técnicos y profesionales” y, en cambio, “una amplia representación de trabajadores de baja cualificación”. En esta línea, recuerda “la alta proporción” de titulados superiores (universitarios y ciclo superior de FP) que trabajan en categorías laborales por debajo de su nivel (subempleados), que en Canarias “supera en más de diez puntos porcentuales a la media nacional”. Tendencia que el informe ve “preocupante”, porque “ha seguido creciendo en los últimos años” n