No era la Operación Paso del Estrecho, pero la imagen que ofrecía ayer a media tarde el puerto de Los Cristianos, en el municipio de Arona, se asemejaba a la que difunden las televisiones cada vez que llega el verano con el tránsito de miles de ciudadanos entre el norte de África y Algeciras. El operativo especial desplegado por la Autoridad Portuaria, que contó con la colaboración de la Policía Local de Arona, evitó los temidos colapsos de tráfico y retrasos en los horarios previstos, especialmente en el tramo más crítico, entre las 14.30 y las 20.30, en el que se registraron siete salidas y otras tantas llegadas de las navieras Fred Olsen y Armas en sus conexiones con San Sebastián de La Gomera, Santa Cruz de La Palma y La Estaca (El Hierro).
En ese intervalo todos los barcos zarparon con el cartel de no hay billetes ni plazas de garaje. Fuentes de la Autoridad Portuaria confirmaron anoche a este periódico que las demoras en las salidas no excedieron de los ocho minutos, lo cual es de valorar para el volumen de movimientos registrados en tan estrecho margen de tiempo.
Hay que recordar que entre ayer y el próximo domingo se concentra el mayor pico de movimientos del año, a diferencia de lo que ocurre en verano, donde hay mayor número de pasajeros y vehículos, pero repartidos de forma escalonada a lo largo de los meses de julio y agosto. La segunda fase de la Operación Salida de Semana Santa se prevé para esta mañana, entre las 8.00 y el mediodía, aunque el tráfico marítimo programado será algo inferior al de la tarde de ayer.
El calor y, sobre todo, la densa calima, que impedía ver desde el puerto la cercana montaña de Guaza, fue el tema de conversación más habitual entre los pasajeros que esperaban el embarque en la explanada, algunos en el interior de sus vehículos, otros por fuera y el resto en una abarrotada cafetería de la estación marítima, donde había que hacer cola para tomarse el cortado de media tarde. Por fuera, el goteo de guaguas acercando turistas extranjeros al muelle era incesante. Las mochilas que portaban a sus espaldas y el calzado delataban su perfil de senderistas. Varios operarios de las compañías navieras, visibles desde lejos con un llamativo peto verde reflectante, guiaban a los vehículos desde la misma rotonda por la que se accede a las instalaciones portuarias hacia las calles señalizadas para realizar embarque. Mientras, otros compañeros iban, coche por coche, solicitando con antelación las tarjetas de embarque y el carné de identidad de cada pasajero para garantizar un embarque con la mayor agilidad posible, maniobra que comenzaba justo en el momento en que salía de las bodegas el último vehículo del barco recién atracado.
El puerto de Los Cristianos superó ayer la primera parte del mayor éxodo vacacional que se recuerda en estas instalaciones, y que deparará una cifra récord de movimientos de pasajeros y vehículos, algo en lo que tiene mucho que ver la bonificación al transporte entre islas para residentes. Ahora falta por jugar la segunda parte del partido, el próximo domingo, otro día crítico, con la vuelta a casa.
Los problemas de tráfico a la entrada y salida del puerto aronero los fines de semana y los retrasos en los horarios de las navieras a causa de las limitadas dimensiones del muelle han provocado diferentes reuniones en los últimos meses entre políticos y técnicos de la Autoridad Portuaria, los cabildos de Tenerife y La Gomera y el Ayuntamiento de Arona. Los encuentros han tenido como fin impulsar un plan integral de actuaciones que alivie la situación ante el incremento del volumen de tráfico (casi 400.000 coches y camiones al año) y de pasajeros (1.845.194 en 2017).
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