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Paul Urkijo Alijo: “Nosotros mismos somos los propios demonios”

El cine fantástico español tiene con Paul Urkijo Alijo (Álava, 1984) un futuro prometedor tras su debut en las salas de cine con Errementari (el herrero y el diablo), una película basada en un cuento gótico del folclore vasco
Paul Urkijo

El cine fantástico español tiene con Paul Urkijo Alijo (Álava, 1984) un futuro prometedor tras su debut en las salas de cine con Errementari (el herrero y el diablo), una película basada en un cuento gótico del folclore vasco. No en vano ya le comparan con Álex de la Iglesia, productor de la cinta. Urkijo visitó Tenerife el viernes, dentro de una actividad de Isla Calavera -Festival de Cine Fantástico de Canarias, para participar en un coloquio sobre la película.

-¿Por qué decidió basar su primer largometraje en un cuento tradicional?

“Desde niño me han encantado los cuentos, el folclore, la mitología y la fantasía. Patxi Errementaria es un cuento que recogió un cura que se recorrió todos los pueblos del País Vasco a finales del siglo XIX y principios del XX, y ha llegado hasta nuestros días. Trata sobre un herrero que es tan malo que los demonios del infierno van a buscarlo, pero resulta que el herrero es peor que los demonios. Y siempre pensé que esta historia tenía unos elementos que, buscando un poco qué hay detrás de los personajes, se podía hacer una película de género fantástico, gótico, pero también con un poco de humor negro. Trata sobre que nosotros mismos somos los propios demonios. Que la maldad también es intrínseca al ser humano y que los demonios son nuestro lado más oscuro”.

-¿Por qué decidió situar la película en la época poscarlista?

“A nivel estético y visual siempre me ha fascinado. Las guerras carlistas fueron muy cruentas. Además, es coetánea de la época victoriana, de donde vienen los relatos de Frankenstein, Drácula, Jack el Destripador; y como para mí Errementari es un cuento de horror gótico, era perfecta para contar esta historia. También es una época en la que los movimientos ilustrados se están asentando en las urbes y estos chocan con los pueblos, que tenían pensamientos más tradicionalistas, donde los curas tienen más poder y se cree en el demonio, el pecado. Era un caldo de cultivo perfecto para contar una historia de demonios”.

-La película está rodada en euskera alavés, un dialecto casi olvidado. ¿Por qué esta decisión?

“Para mí, la película tenía que ser en euskera porque el cuento es en euskera y es parte de su ADN. Además que es un relato de tradición oral, yo solo soy un eslabón más de esa tradición. Al ubicarlo en el siglo XIX tenía que ser un euskera antiguo y en Álava se sabe que existía un tipo de dialecto que fue desapareciendo en aquella época, aunque todavía quedan retazos en algunos pueblos. Pensé que sería bonito que la gente volviera a escuchar este tipo de euskera, además de que suena muy antiguo, diferente y exótico. Hace que la película gane mucho”.

-La película está protagonizada por grandes actores vascos, como Eneko Sagardoy, Itziar Ituño y Kandido Uranga ¿Cómo fue trabajar con ellos?

“Una gozada porque al final son actores consagrados, pero entendieron mucho la ilusión que tenía por contar esta historia y todos arrimamos el hombro. Se comportaron como si fuera su primera película, con una ilusión terrible. Y lo mismo con los niños. Por ejemplo, Uma (Bracaglia) que no había hecho nunca nada, aguantó un rodaje tan duro como este como si fuera una profesional”.

-¿Cómo fue contar con Álex de la Iglesia como productor?

“Lo conocí en 2008, porque trabajé en su serie Plutón B.R.B. Nero y luego en el 2016, cuando empezamos a rodar, me escribió por Twitter porque había visto fotos de los demonios. Se las había enseñado Pedro Rodríguez, que suele trabajar con él en los maquillajes y efectos especiales. Me dijo que quería estar y como la película ya tenía presupuesto para el rodaje, él entró de cara a la posproducción, a mejorar los efectos especiales y para tener más distribución. Lo he tenido en la fase de montaje, aconsejándome, pero lo bueno ha sido que en ningún momento me ha impuesto absolutamente nada”.

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