Otro vertido incontrolado en la costa del Polígono Industrial de Güímar. Pese a las buenas intenciones del Consejo Insular de Aguas y de los tres ayuntamientos propietarios de la instalación, ante las multas que se acumulan de la Unión Europea, los vertidos incontrolados no cesan en la zona. En esta ocasión ha sido en el municipio de Candelaria, más concretamente en Samarines, entre la cala del mismo nombre y Playa La Viuda.
El vertido nace en una lavandería y en este caso no se trata de un vertido residual, sino de uno industrial al verter, según denuncia un vecino a través del vídeo que acompaña esta información, un río de piche (derivado de petróleo) que llega al mar.
En la inspección de empresas que el juez ordenó tras atender una denuncia de Sí se puede e Izquierda Unida, el Ayuntamiento de Candelaria detectó dos grandes empresas contaminantes, entre las que no se encontraban, teóricamente, esta lavandería.
Candelaria y Arafo, tal y como reconoció hace unos días el consejero insular de Aguas, Manuel Martínez, siguen sin aprobar el plan de etapas que debe culminar con la construcción de una EDARI (Estación de Depuración de Aguas Residuales e Industriales), pendientes de los informes técnico-jurídicos para ser aprobados por decreto o por el Pleno municipal, afirma la alcaldesa de Candelaria, Mari Brito.
Ese compromiso de construcción fue el principal motivo que esgrimió el magistrado Riera del Juzgado Número 4 de Santa Cruz de Tenerife para permitir la actividad en el Polígono y no proceder al cierre del mismo. La EDARI, en todo caso, no estará construida antes de dos años y mientras tanto tiene que autorizarse la cabecera del emisario submarino y seguir un control de los vertidos de las empresas, las cuales tienen que tratar sus aguas industriales antes de verter en dicho emisario.
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