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Jeringuillas usadas, basura y abandono: el día a día en el barrio de Taco

Un equipo de periodistas de DIARIO DE AVISOS se ha desplazado hasta el lugar para comprobar el lamentable estado de este abandonado jardín
Jeringuillas usadas cubren el suelo de esta zona ajardinada de Taco. / DA

Jeringuillas usadas tiradas por el suelo, basura y abandono total. En estas condiciones se encuentra una zona ajardinada ubicada en Las Moraditas, a menos de 100 metros del McDonalds de Taco. Un lugar de paso que frecuentan, especialmente, niños y jóvenes. Así lo ha denunciado un vecino de este popular barrio, que hace más de dos semanas se puso en contacto con el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES 112) del Gobierno de Canarias para alertar del pésimo estado de salubridad en la zona.

Este vecino, que prefiere no revelar su identidad, asegura que el CECOES 112 le derivó a la Policía Local de Santa Cruz. El cuerpo de seguridad no puso solución a su demanda. “Me dijeron que ellos no se encargaban de limpiar y que avisarían a Urbaser, empresa de limpieza y tratamiento de residuos”, ha comentado a este periódico. Han pasado dos semanas desde aquella promesa y nada ha cambiado.

Un equipo de periodistas de DIARIO DE AVISOS se ha desplazado hasta el lugar para comprobar el lamentable estado de este abandonado jardín y corroborar la versión ofrecida por el vecino. Como se puede ver en el siguiente vídeo, numerosas jeringuillas usadas se amontonan en el suelo a la vista de todos; una situación de la que, hasta ahora, nadie ha querido hacerse responsable.

Carlos (nombre ficticio del denunciante) afirma que las jeringuillas usadas, que aparecen hasta con restos de sangre, son probablemente de un drogodependiente que lleva al menos un mes pinchándose en este jardín público. “Fui yo quien recogió, con mucho cuidado, algunas de las jeringas que estaban en el suelo, las puse en una caja para evitar males mayores, pero no sé dónde tirarlas. Si las echo a algún contenedor puede ser un peligro para los que recogen la basura”, afirma.

El mayor de los peligros, explica Carlos, es que por este espacio pasan muchos niños y vecinos que pasean a sus perros. “He visto chicos de entre 10 y 18 años que se sientan allí para comer hamburguesas del McDonalds, otros se ponen en grupo a fumar; es un peligro para todos ellos: corren el riesgo de pincharse”, añade.

Muy indignado, Carlos pide explicaciones a las autoridades competentes. “No se sabe si el mantenimiento de este espacio es responsabilidad del Cabildo de Tenerife o del Ayuntamiento de Santa Cruz, el caso es que entre ellos se van lanzando la pelota y nadie hace nada”, concluye.

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