Sylvester Stallone sigue paseando su longeva fortaleza física por Tenerife. El actor norteamericano ya está inmerso al cien por cien en el rodaje de la quinta parte de Rambo, uno de los dos personajes fundamentales en su carrera profesional. Ya no hay tiempo para distracciones como las del paseo por La Noria con almuerzo incluido, que fue más producto del contratiempo en forma de lluvia que de la planificación del trabajo.
Ayer apenas hubo tiempo para descansar y ya Stallone ha comenzado a tener secuelas. En su perfil de Instagram compartía una fotografía donde mostraba una contusión en un brazo y la comparaba a una muy similar que había sufrido durante el trabajo en al cuarta parte de Rambo. “El rodaje de Rambo 5 se está poniendo aún más duro”, rezaba la frase que adornaba la imagen.
Pero Sly tiene físico para aguantar esa complicada dinámica. A sus 72 años sigue manteniendo sus rutinas en el cuidado de su herramienta de trabajo, su cuerpo. Hace ejercicio, mantiene una dieta equilibrada y es un trabajador incansable que apenas descansa cuando le toca rodaje.
En estos tres días de trabajo sus compañeros ya se han dado cuenta de la profesionalidad de un Stallone que descansa lo justo para retomar la acción. Ayer tuvo uno de esos días de hiperactividad profesional para rodar escenas de interior y exterior en Ifara. Mientras los malos, los hermanos Martínez interpretados por Sergio Peris-Mencheta y Óscar Jaenada, siguen trabajando en un chalé de Santa Úrsula donde dan rienda suelta a los excesos en la ficción, Rambo se adentraba en otra vivienda de alto standing en la zona alta de la capital tinerfeña donde se centró la actividad.
En Ifara hubo cortes de tráfico y restricciones de aparcamiento durante todo el día para rodar varias escenas en las que intervenía el protagonista principal de esta quinta entrega de la saga, una película “muy emotiva” como la calificó recientemente la actriz mexicana Adriana Barraza, que da vida a una amiga muy íntima, una hermana no de sangre, de John Rambo.
Hasta Ifara pudieron acercarse un buen puñado de curiosos y de fans de Stallone que tuvieron que salvar los inconvenientes de tener que aparcar, o muy arriba o muy abajo. Era la única fórmula para intentar estar lo más cerca posible de la superestrella italoamericana que anoche seguía trabajando por la zona no sin antes haber hecho una pausa en la jornada para un pequeño respiro en el campamento base que la productora tenía montado en el antiguo campo de fútbol de Los Campitos, un lugar abandonado desde hace años como desveló hace unos días DIARIO DE AVISOS en la sección deportiva de la Tarjeta Roja.
El despliegue de medios para la jornada de ayer era uno de los aspectos que más había llamado la atención de los curiosos. El aparcamiento de la antigua Escuela de Idiomas de Santa Cruz y sus terrenos aledaños fue tomado literalmente por los vehículos que forman parte de la logística al igual que el carril de subida de la calle que desemboca en Los Campitos.
Además, se pudo ver cómo desde lo alto de una grúa se tomaban varios planos para el montaje final de la película. Luego, ya bien entrada la noche, llegó el momento para empezar el desmantelamiento de la localización y empezar el traslado hacia el siguiente destino. Precisamente el equipo de localizaciones sigue trabajando por toda la Isla buscando lugares donde seguir ambientando la quinta parte de la saga de John Rambo.
LLANO DEL MORO TOMA EL RELEVO COMO LOCALIZACIÓN PARA EL RODAJE
La rutina de trabajo de rodaje de Rambo Last Blood se traslada esta tarde noche hasta Llano del Moro. En las inmediaciones de la plaza del pueblo estará ubicada una cantina mexicana donde se realizará.
El campamento base de Los Campitos, un pequeño fortín con toda serie de detalles para el descanso de la estrella
El abandonado campo de fútbol de Los Campitos, donde lo que antes era césped natural ahora es tierra, arbustos y hierba mala, fue el lugar donde el equipo de producción de Rambo 5 instaló el campamento base.
A unos pocos minutos del lugar de rodaje, con terreno suficiente para la comodidad y la tranquilidad y con árboles alrededor para preservar un poco el anonimato, el equipo montó un campamento donde destacaba por encima de todo una lujosa caravana destinada para el descanso del jefe.
Stallone llegó al campamento sobre las 19.00 horas con la previsión de regresar a la zona de rodaje de nuevo algo más tarde. Allí le esperaba un joven fan junto a su madre haciendo guardia para tratar de conseguir el tesoro más preciado, una fotografía con el ídolo. Sly no reparó en su presencia y se introdujo en la caravana donde pudo reponer fuerzas con el catering que había trasladado hasta allí el furgón de la empresa contratada.
Alrededor del lujoso vehículo había un importante montaje que incluía un camión con baño portátil y otro destinado al maquillaje por el que Stallone pasa siempre antes de regresar al lugar de trabajo.
Además, numerosos vehículos de apoyo, otros que transportan grupos electrógenos silenciosos y los destinados a los transfer para el traslado del equipo de rodaje, formaban el destacamento colocado de forma estratégica para que nadie no deseado pudiera acceder y perturbar el descanso del artista. Hoy, todo el dispositivo se traslada a Llano del Moro.
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