medio ambiente

Los expertos advierten de los peligros que acechan a los bosques de Canarias

El cambio climático agrava la desertificación y dificulta la extinción de los incendios al alterar su comportamiento y los modelos de predicción
El incendio en el sur de Tenerife. / DA
El incendio en el sur de Tenerife. / DA
Incendio en el sur de Tenerife. / DA

Con motivo del Día Internacional de los Bosques celebrado ayer en todo el mundo, los colectivos profesionales y asociaciones vinculadas al cuidado de los bosques de Canarias advirtieron en un manifiesto del peligro que acecha a las masas forestales de las Islas como consecuencia del cambio climático. Los cambios climáticos globales están produciendo en las Islas importantes aumentos en las temperaturas, menos precipitaciones y episodios más tormentosos, así como una disminución del régimen de alisios y aumento de calimas.
Añade que todo ello provoca condiciones mucho más difíciles para determinados tipos de vegetación y un aumento de los incendios forestales en el archipiélago, así como agrava los desastres ecológicos de las borrascas de otoño, que afectan tanto a la vegetación como a las personas e infraestructuras.

El documento señala que el cambio climático está alterando el comportamiento del fuego en los incendios forestales, sobrepasando la capacidad de los modelos de predicción y dificultando las tareas de extinción.

Recuerda que más de 36.000 hectáreas fueron arrasadas durante los grandes incendios forestales de 2007, que ocasionaron la mayor pérdida forestal de la historia reciente. Añade que otros episodios traumáticos, como el incendio del Monteverde del Garajonay (La Gomera) en 2012, los grandes incendios forestales de 2013, que afectaron a varias islas a la vez, el incendio de las cumbres de Gran Canaria de 2017, o el reciente incendio de Garafía, en La Palma, en febrero 2019, son peligrosos antecedentes que desvelan la magnitud del proceso de degradación alcanzado por nuestros ecosistemas.

Por todo ello, los expertos advierten que las Islas se enfrentan a graves riesgos de desertificación que afectan especialmente al patrimonio forestal común. Y añaden que la actual coyuntura económica está diezmando las inversiones forestales y centrando los recursos en la extinción olvidando totalmente la prevención, que es el pilar fundamental de la conservación de los bosques. “El incremento en medios técnicos (aviones, helicópteros, personal cualificado, transmisiones, etc.) no será suficiente para impedir el próximo gran incendio forestal”, aseguran.

En consecuencia, proponen gestionar mejor los cambios que están sufriendo los sistemas forestales, incrementar su superficie, potenciar su diversidad genética y las interacciones que los árboles generan en los ecosistemas. Esta estrategia también convertiría a los bosques en fuente de empleo y bienestar para las poblaciones rurales. Y permitiría también revertir la deforestación y recuperar buena parte de los paisajes forestales que tenían las islas antes de la colonización.

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