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Un manantial de recuerdos

La Ruta del Agua de la Escuela de Folclore de Adeje recuerda cómo la vida del pueblo dependía del caudal del Barranco del Infierno, que permitió la supervivencia de los habitantes de la zona
RUTA AGUA FOLCLORE ADEJE
RUTA AGUA FOLCLORE ADEJE
La quinta edición de la Ruta del Agua de Adeje se convirtió en un viaje al pasado y en un homenaje a la memoria popular. Fran Pallero

Adeje volvió ayer al pasado y un año más, y van cinco ediciones, rindió homenaje a la memoria colectiva de un pueblo y una comarca que sobrevivió gracias al inagotable caudal de agua del Barranco del Infierno, que permitió a los adejeros disponer de este preciado recurso en medio de un territorio como el Sur árido por naturaleza.

El agua que corría desde la montaña hasta el mar fue imprescindible no solo para la agricultura y el consumo humano, sino para el propio desarrollo económico del municipio y de sus habitantes, que trabajaron duramente en la construcción de canales, fuentes y acueductos para llevar parte de ese caudal hasta el pueblo. No hay que olvidar que Adeje cuenta con el mayor número de nacientes de la zona meridional de la Isla. Según los datos del Ayuntamiento, a los dos del Barranco del Infierno se suman tres en El Aserradero, dos más en lo alto del Barranco de Erques, uno en la cabecera del Barranco del Agua y otros dos al pie del Roque de los Brezos y junto al Roque de Imoque. La Escuela de Folclore de Adeje se encargó ayer de escenificar la Ruta del Agua, una iniciativa que pretende rendir homenaje a la memoria de sus antepasados. A lo largo del recorrido, que comenzó a las 11 en la entrada al Barranco del Infierno y concluyó a primera hora de la tarde en la plaza de la Cruz del Llano, se explicaron las tareas vinculadas al campo y los métodos que se empleaban para aprovechar el agua, desde su recolecta hasta el envasado, traslado, almacenamiento y uso doméstico.

Los asistentes pudieron apreciar también tareas como el ordeño de leche de cabra, la labranza de la tierra, el tueste del millo, la forma antigua de comercio casa por casa y hasta disfrutaron de alguna parranda. Como en ediciones anteriores, la ruta, que cada año cuenta con mayor número de público, fue narrada en español y en inglés.

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