El bunker de almacenamiento de la pirotecnia de Arafo ha sido demolido este sábado por uno de los socios de la empresa a tenor de las denuncias de los vecinos colindantes ante la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural (Apmun) que ordenó eel derribo de la obra nueva sobre las instalaciones de la antigua Pirotecnia Jordi.
A tenor de la denuncia, interpuesta por cuatro vecinos del Camino Las Calles, en esa parcela sobre suelo rústico de ámbito agrícola se construyó un búnker de doble hormigón, que implicaba, según los denunciantes, una ampliación de la antigua pirotecnia, abandonada tras jubilarse el propietario, “por lo que es necesario poner en relieve el enorme riesgo que supone la instalación clandestina de una actividad peligrosa en un entorno de viviendas residenciales y usos agrícolas”, se relata en la denuncia.
La parcela, de 2.514 metros cuadrados, fue adquirida por el empresario güimarero Tanausú Estévez por 200.000 euros.
Tanausú Estévez Álvarez, propietario desde hace cinco años de la vieja Pirotecnia Jordi, reconoce, tal y como publicó DIARIO DE AVISOS hace casi dos años, que llevó a cabo obras de ampliación sin contar con licencia municipal y que entiende que se le abriera un expediente sancionador por no disponer de licencia municipal, aunque considera que “la construcción es legalizable”, así como la actividad que realiza, que sí dispone de los permisos de Industria.
El responsable de la pirotecnia señala: “Nuestra empresa principalmente lo que realizó fue el derribo de las edificaciones de fábrica para dejar solamente un simple deposito de almacenamiento, que era el más moderno de las Islas Canarias, al contar con todas las adaptaciones del nuevo reglamento, además de todos sus permisos para dicha actividad, cosa que hacía a esta instalación muy inofensiva”, desconociendo hasta hoy que su nuevo socio decidiera derribar el edificio de almacenamiento.
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