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La burocracia impide arreglar una vivienda de Garachico que destrozó el temporal

La casa de Antonio Acosta es una de las afectadas por el mar de leva del pasado año, pero no ha podido iniciar la reforma por todos los requerimientos que le exige la Administración
Antonio Acosta muestra los daños que ocasionó en la vivienda familiar el temporal de mar del año pasado. DA
Antonio Acosta muestra los daños que ocasionó en la vivienda familiar el temporal de mar del año pasado. DA
Antonio Acosta muestra los daños que ocasionó en la vivienda familiar el temporal de mar del año pasado. DA

La vivienda de Antonio Acosta está ubicada en la calle Esteban de Ponte, en el cruce con Calvo Sotelo, y fue una de las afectadas por el temporal de leva en Garachico el pasado año, que dejó importantes destrozos tanto en inmuebles privados como en el espacio público. Allí viven sus padres, pese a que está a medio derruir, “no el interior, pero sí el patio, el garaje, las entradas y las puertas de entrada y salida”, precisa.

El inmueble data del siglo XVI, perteneció a la familia de su padre, y alberga mucha historia, ya que hasta los años 50 del pasado siglo fue uno de los casinos del pueblo. Se encuentra dentro de la delimitación del Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico.
Debido a que está catalogado como protegido, tuvo que presentar un proyecto al área de Patrimonio del Cabildo de Tenerife para ver las directrices que tenía que cumplir para arreglarlo y que, tanto esta administración como el Ayuntamiento, le otorgaran la licencia de obra.

Pero la burocracia ha pesado más a la hora de conseguir los permisos y a día de hoy, siete meses después del temporal, sigue sin poder ejecutar las obras para que sus progenitores puedan vivir tranquilos y pese a los peligros que supone para los peatones que su casa se encuentre en esas condiciones.

Antonio indica que en un primer momento en el Ayuntamiento le pidieron un croquis de lo que “pretendía hacer”. Como consecuencia, lo presentó a Patrimonio y se lo aprobaron, pero la arquitecta municipal “informó en contra de la decisión insular y ahora me pide un proyecto completo y visado”.

Llevó tres anteproyectos diferentes al Cabildo, pero en el Ayuntamiento le dijeron que “era esta administración la que tenía qué decidir cuál debía acometer, en mi casa y con mi dinero, porque ellos no me iban a ayudar”. Por eso se queja, porque “quieren que cumpla con la burocracia como si fuera a hacer una casa nueva” a su antojo. Aclara que no fue él quien decidió meterse en una obra, sino que es víctima de una catástrofe natural y no le queda otra opción. “Quiero arreglar la casa para que otro mar no se la lleve, esa es mi primera preocupación”, sostiene. “El mar me ha hecho daño, pero la administración me lo está haciendo más”, se lamenta. Y aunque ya presentó la solicitud de ayuda, el importe que recibirá “no va a compensar nunca todos los gastos burocráticos” que ha tenido hasta ahora, “y sin haber iniciado los trabajos”.

A este vecino le cuesta entender por qué de los 886.975,52 euros que le dio el Gobierno de Canarias al Ayuntamiento para ayudar a los damnificados, tal y como está publicado, el Consistorio solo repartirá 100.000”.

El alcalde, José Heriberto González, explica que “hubo un error de Secretaría en la cantidad inicial publicada en las bases, porque se puso como ayuda para los afectados, pero después los servicios jurídicos del Gobierno de Canarias estimaron que era mejor separar esa cantidad para los destrozos en la infraestructura pública, mientras que el dinero para lo privado tenía que salir de fondos diferentes y con otras bases”.
De hecho, “no se sabe la cantidad exacta que se destinará a los particulares, porque la comisión técnica creada para evaluar los daños y decidir la concesión de las ayudas todavía no ha analizado todas las solicitudes presentadas”, pero pueden oscilar en torno a los 100.000 euros de acuerdo con la valoración inicial. En el caso de la casa de Antonio, el regidor confirma que “no ha presentado el proyecto de ejecución de obra, sino una propuesta”, según le trasladó el miércoles la secretaria, y, por lo tanto, el Ayuntamiento “no puede informar ni dar licencias”.

Al respecto, indica que el Cabildo le da en su informe dos posibles opciones al Ayuntamiento: hacer el muro prácticamente igual o como lo estaba hace 40 años. El afectado quiere mejorarlo, pero su propuesta no es la que coincide con la valoración de la arquitecta municipal.
La propuesta que presentó el arquitecto de Antonio, según el informe, consiste en la ejecución de un muro pantalla de hormigón armado, dado que su comportamiento frente a los empujes laterales como consecuencia de los embates del mar es mejor que uno de mampostería, proporcionando más seguridad a los usuarios y al inmueble.

“Hay otros inmuebles que también han hecho modificaciones en las fachadas y tuvieron que presentar proyectos, e incluso el Ayuntamiento, que todavía no ha podido instalar las vallas de la Avenida Marítima, porque se han puesto diferentes a las que había y el diseño con los nuevos materiales se tuvo que enviar a las diferentes administraciones y hay que esperar por todos los informes”, puntualiza González.

Lo mismo ocurre con el parque infantil ubicado en el muelle viejo, para el que no ha llegado todavía el informe definitivo de Patrimonio Histórico. “A mí me hubiera gustado que esté todo repuesto ya, pero la burocracia nos afecta a todos”, afirma por último el alcalde.

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