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Recuperando un tesoro

Tenerife Shipyards trabaja con orgullo en la rehabilitación del casco del Correíllo La Palma, en el puerto de Santa Cruz
Dos técnicos Irata se preparan para descolgarse por la borda de babor del Correíllo La Palma. Fran Pallero
Dos técnicos Irata se preparan para descolgarse por la borda de babor del Correíllo La Palma. Fran Pallero
Dos técnicos Irata se preparan para descolgarse por la borda de babor del Correíllo La Palma. Fran Pallero

Para los trabajadores de Tenerife Shipyards, empresa del Grupo Hidramar, uno de los trabajos más satisfactorios que están realizando actualmente es el reacondicionamiento de la pintura del casco del Correíllo La Palma, el único barco superviviente de los seis buques que la naviera Elder, Dempster & Co, Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, utilizó en las Islas para realizar el servicio de línea regular de correo, pasajeros y carga. El vapor La Palma empezó a navegar en 1912 y, tras 64 años de servicio en el Archipiélago, la avería en una de sus calderas originó el abandono de esta tarea en 1976.

“Estamos trabajando en la rehabilitación del casco del buque porque tiene un poco de corrosión. La última limpieza realizada fue hace 12 años y ya necesita una pequeña reparación”, señaló Alexis Reverón Donate, ingeniero sénior de Tenerife Shipyards. “Principalmente estamos quitando el óxido, posteriormente le aplicamos una imprimación y, por último, pintamos con el color que lleva el barco en esa parte”. Los trabajos en la banda de tierra se realizan casi sin complicación desde el muelle o con maquinaria, pero, cuando hay que afrontar la eslora de estribor, hay que recurrir a técnicos Irata. “Es un personal altamente especializado y acreditado para realizar todo tipo de trabajos verticales en altura. En este caso, se descuelgan por el costado hasta la zona de trabajo”.

“Para mí, como ingeniero canario, es un orgullo poder reparar este barco, que fue la transición entre la navegación a vela y la navegación mecánica”, afirmó el responsable de este proyecto. “Me gustaría mucho que la Fundación termine este proyecto y pueda navegar. Es lo que queremos todos los que trabajamos en Tenerife Shipyards, que colaborará en el resto de reparaciones necesarias, incluida la varada del buque, que será posible cuando disponga del dique flotante cuya concesión está en trámite.

La Fundación Correíllo La Palma trabaja para dar el valor que se merece “esta joya de la ingeniería marítima” fruto del avance de la Revolución Industrial. “Actualmente no quedan barcos similares en España, y casi en el mundo. El verdadero tesoro de este barco está en su construcción, que es de acero remachado en sus uniones, y también en su propulsión, una maquina de vapor alternativa de triple expansión, impulsada por la potencia generada por el consumo de carbón en dos calderas. Hoy en día se desconoce casi todo de toda esa maquinaria, ya que no hay ninguna en servicio. Por tanto, tenemos una auténtica maravilla que puede ser visitable”, señaló orgulloso José Luis Serrano, jefe de máquinas de la marina mercante, que realizó sus prácticas de vapor durante más de un año en un correíllo, tras sacar el título de Náutica con 20 años de edad.

“Nuestro objetivo es el disfrute de este barco por la sociedad, y queremos que vuelva a navegar. El casco está totalmente restaurado y falta de la cubierta puente, la habilitación de camarotes y todos los servicios. Durante más de 60 años, La Palma realizó un servicio importantísimo al transportar correo, pasajeros y mercancías, en las Islas, dada la precariedad de las carreteras, y el África española, transportando incluso legionarios al continente.

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