
“¡Ya era hora!”, exclamó ayer el botánico y naturalista canario Wolfredo Wildpret, al ser consultado por DIARIO DE AVISOS tras el acuerdo del Gobierno autonómico por el que declaró, este mismo viernes, el estado de emergencia climática en las Islas. La declaración, presentada en sociedad por el presidente del Ejecutivo, el socialista Ángel Víctor Torres, arropado por su Gabinete en pleno, con la solemnidad de las grandes ocasiones, constituye un pronunciamiento institucional del canon que ha de presidir la gestión de todas las áreas del Gobierno. Este puso énfasis ya desde un principio en sus prioridades sociales, ante las desigualdades que arroja las sociedad canaria. Pero desde ayer añade, al mismo nivel, su lucha contra el cambio climático, una de las proclamas que cobra ahora su máximo esplendor de la mano de la juventud, que se viene movilizando en todo el mundo, bajo el instinto de una adolescente activista sueca, Greta Thunberg, cuya última iniciativa ha sido atravesar el Atlántico en un velero de cero emisiones para evitar volar en avión hasta Nueva York, a una cumbre climática de la ONU.
“Bien, me parece una acción plausible del Gobierno canario. Pero se ha tardado mucho en adoptarla por parte de los anteriores gobiernos”, señaló Wildpret al DIARIO, al tiempo que celebraba el clamor juvenil a favor del clima y ponía el acento en “la necesaria educación medioambiental desde la escuela, si queremos tener éxito en este empeño en el que nos va la vida”. Su ejemplo más gráfico de los despropósitos que abocan a Canarias a sufrir en carne propia los desmanes con el clima y el planeta es “el despilfarro energético, las hogueras de luz que se ven desde los más alto en la capital y los núcleos poblados, el sinsentido de alumbrar toda la noche en exceso la autopista del sur desde la Piscina hasta los túneles de Güímar”. Wildpret comentó la anécdota de los cables robados en esa autovía en cierta ocasión “que obraron paradójicamente a favor del sentido común al obligar a moderar la iluminación, que a mi juicio ha de ser acorde a los requisitos de seguridad”. Comentó ayer a este periódico su esperanza en que, medidas como la de la declaración de emergencia climática, eleven la conciencia medioambiental en los más de dos millones de personas que habitan las Islas. “Son utopías que se van alcanzado.” Cita su experiencia personal: “En Radazul, donde me doy un baño todos los días, veo a los niños instando a sus padres a recoger las botellas de plástico. Es toda una lección generacional”, subrayó imbuido de optimismo por la nueva corriente que gana terreno.
Ferviente defensor de las energías renovables, recordó que “hace 20 años el Gobierno me ayudó a poner una placa solar en mi casa para calentar el agua de la ducha, mucho antes de que se alentara la peregrina idea de poner un impuesto al sol”.
UN VOTO DE CONFIANZA AL CAMBIO DE MENTALIDAD
El científico ecologista Wolfredo Wildpret, Premio Canarias de Investigación (2011), aplaude en DIARIO DE AVISOS el acuerdo del Gobierno de Torres. Pero advierte de que “hace falta que muchísima gente esté de acuerdo en acabar con los despilfarros y atentados contra el medio ambiente. Debemos pasar de la palabrería a los hechos. Doy mi voto de confianza”.