La pina es una pelota de madera que hay que introducir a golpe de palos hasta el fondo del campo del contrario. Seguramente muchos niños y niñas no lo conozcan con este nombre sino con el de hockey, un juego similar. Aunque su práctica es casi desconocida, tiene un importante papel dentro de los juegos tradicionales de Canarias y poco a poco se quiere dar a conocer y enseñar.
Con el objetivo de ‘no olvidar lo nuestro’, el colegio Las Salinas de La Caleta de Interián, en Garachico, introduce en este curso escolar los deportes y juegos autóctonos de Canarias, unos conocimientos que se trabajarán con otras áreas y que beneficiarán a los 105 alumnos del centro, tanto de Infantil como de Primaria.
La iniciativa partió del profesor de Educación Física, Juan Carlos Hernández González, que hasta el momento ha impartido estas enseñanzas “con lo poquito que tenía el centro, como pelotas de plástico”, dado que uno de los criterios curriculares está relacionados con los juegos y deportes autóctonos.
Pero todo se quedaba en teoría y además, el material se estropeaba mucho por el tipo de suelo, y por esta razón, era fundamental contar con los elementos adecuados, tales como bolas canarias y un tatami, un suelo que amortigua las caídas de los participantes a la hora de practicar lucha canaria.
Otra parte del proyecto es acondicionar el terrero de lucha que hay en el centro, un lujo con el que pocos colegios de la Isla cuentan pero que es necesario arreglar, mejorar y adaptar a la normativa vigente.
Ayuda a través del AMPA
Para afrontar este proyecto, fue necesario solicitar, a través del AMPA, una ayuda financiera al Ayuntamiento de Garachico, que días atrás fue concedida, confirmó el alcalde, José Heriberto González. La cantidad asciende a 800 euros y permitirá, por el momento, adquirir los elementos indispensables y empezar, de a poco, a limpiar y preparar el terrero. Sobre todo, teniendo en cuenta el proyecto denominado ‘La lucha canaria entra en la escuela’, organizado por la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias y con la colaboración del servicio de Innovación Educativa de la Consejería de Educación y Universidades.
La Isla baja es una zona muy tradicional, donde todavía las personas mayores juegan al brilé o al tejo, juegos que los niños y las niñas del centro también disfrutan en muchas ocasiones en el recreo, ya que están pintados en el suelo del patio.
Aprovechando esta coyuntura, la directora del centro, Montserrat Linares Pérez, quiere implicar a las familias del alumnado, para que compartan con sus hijos y nietos sus conocimientos, experiencias y prácticas sobre bola canaria, o la billarda. Esta última, incluida dentro de los juegos tradicionales canarios, es un juego que tiene como procedencia la Península Ibérica y llegó a las islas con la colonización y que “muchos ni siquiera saben que existen”, asegura la directora. También la lucha canaria, aprovechando el recinto con el que cuenta el CEIP.
La idea de Linares en este rescate educativo de los deportes y juegos autóctonos es invitar a diferentes ponentes al centro y que les enseñen a los alumnos por ejemplo, el Salto del Pastor, una actividad que se encuentra muy arraigada en Teno, proveniente de los aborígenes canarios anteriores a la Conquista y que ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC) para garantizar su protección, conservación y divulgación.
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