Ya no es alcaldesa de Güímar y está claro que su sucesor, el socialista Airam Puerta, no piensa lo mismo que ella, pero Carmen Luisa Castro no pierde la oportunidad de insistir en una de esas ideas -ocurrencias, para muchos- que han distinguido su mandato como regidora municipal durante seis años, la de traer para Güímar el denominado monumento a Franco, también llamado de La Victoria o Ángel Caído. Y lo hace porque “es una obra de arte del escultor Juan de Ávalos”, reafirmando que “lo mantendría en pie aún cuando el monumento hubiera sido levantado por la República”, señala convencida.
Tras conocer el último informe de la Universidad de La Laguna a petición del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, que determinó que la obra inaugurada en 1966 y situada entre la Rambla y la Avenida de Anaga de Santa Cruz ‘atentaba’ contra la Ley de Memoria Histórica, la exalcaldesa güimarera volvió a postular a su municipio para “adoptar” la fuente del Ángel Caído, recordando que “tengo ofrecimiento privado de transporte y suelo para reubicar la gran obra de Juan de Ávalos en Güímar”, aunque rechazó la idea de llevar esa petición a un pleno municipal.
Carmen Luisa Castro, que entre sus viajes más singulares cuenta uno realizado al Valle de los Caídos, donde también hay obras de Juan de Ávalos, afirmó que “no se trata de que sea un monumento franquista o republicano, sino una obra de arte, que además está en pésimo estado y ni siquiera cuenta con un letrero que te diga la historia del mismo, cuando fue sufragado por todo el pueblo de Tenerife”.
Para Luisa Castro, “la historia no se debería borrar, como hacen los alemanes con los campos de concentración nazis, por ejemplo, y menos cuando hablamos de obras de arte, ¿o es que no escuchamos canciones de Michael Jackson?, y se comprobó que era un pederasta”, indicó la singular política del Partido Popular, que ahora se encuentra en la oposición, tras sacar seis concejales y perder la Alcaldía al pactar PSOE y CC.
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