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Santa Lucía se resiste e incluso celebra su festividad

Ningún miembro del grupo de Gobierno de Güímar asistió a la lectura del pregón de la exconcejala popular Rosa Pérez
Rosa Pérez, la pregonera y Rafael de Armas, vicepresidente vecinal/ DA

Santa Lucía Los Barrancos no solo se resiste a ser desalojado, sino que el pequeño núcleo costero de Agache mantiene su pulso diario y este sábado celebró la festividad que le da nombre desde que a finales de los sesenta se construyera su pequeña capilla, embrión de la actual que data del 13 de diciembre de 1987, como recordó la pregonera Rosa Pérez, exconcejala de Fiestas, quien echó en cara a la actual Corporación que ninguna estuviera presente en el acto, que coincidió con la Noche en Blanco en el casco de Güímar.

Rosa Pérez agradeció al vicepresidente del colectivo vecinal, Rafael de Armas, y al centenar de vecinos del pequeño barrio, “que se acordaran de mí y más en este año tan difícil”, incidiendo que “este acto demuestra lo unido que está el pueblo” que se crece ante las dificultades. Santa Lucía Los Barrancos, al contrario que ocurre con sus hermanos de litoral Punta Prieta, La Caleta, La Puente o el Tablado, no fue considerado suelo urbano consolidado y aún mantiene un litigio con Costas por el dominio marítimo terrestre, pese a ser un barrio construido a finales de los sesenta al igual que los otros  que ganaron su derecho hace siete años ante el Supremo. “En los primeros años sesenta los vecinos de Lomo de Mena bajaban por un estrecho camino hasta Los Barrancos,  hasta que ese camino se fue ensanchando para que pasaran los Land Rover, un camino que ya comenzó a aplanarse con una pala en 1968, antes de estar la autopista y la carretera auxiliar que unió a todos los núcleos del litoral”, recordó la pregonera, que pasó muchos domingos en la cueva de mi tío Casiano, donde “comíamos las papas guisadas con agua salada con bogas o fulas”, señaló Rosa Pérez que definió aquella situación como “nuestro hotel de los domingos”.

Rosa Pérez terminó recordando a los ausentes, como Ainara o Lucía, con una poesía: “El sol que me ilumina es el corazón, ellos que no son ciegos ven el mundo, yo veo la luz de Dios”.

Santa Lucía, pese al decreto de desalojo, mantiene sus fiestas / DA

El acto terminó con un agasajo en la plaza de la pequeña capilla, poco después de la eucaristía en honor a la Virgen que da nombre al pueblo que se resiste a ser desalojado, pese al “inminente riesgo de desprendimientos” que le azota desde prácticamente naciera como poblado. No es que quieran seguir viviendo con ese riesgo, como apunta Rafael de Armas, lo único que piden es seguridad de que puedan regresar a sus casas el día que finalmente sea desalojados y que sepan a ciencia cierta que las obras a ejecutar para asegurar el talud, la gran cueva y la carretera tiene fecha de inicio y fecha de finalización. El martes, el abogado José Luis Langa, que representa a los propietarios de las 21 viviendas sujetas, en esta primera fase, al decreto de desalojo, dará una rueda de prensa para hablar de los recursos contenciosos-administrativos al citado decreto.

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