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Canarias busca cómo afrontar la escasez de lluvias

El presidente regional se reúne con los consejos insulares de aguas para decidir si se declara la emergencia hídrica
Los agricultores de las Islas están sufriendo las consecuencias de uno de los inviernos más secos de los últimos años. DA
Los agricultores de las Islas están sufriendo las consecuencias de uno de los inviernos más secos de los últimos años. DA
Los agricultores de las Islas están sufriendo las consecuencias de uno de los inviernos más secos de los últimos años. DA

DIARIO DE AVISOS / AGENCIAS

Las lluvias llevan escaseando unos años. Pero lo de este último ha sido dramático. Hoy, el presidente del Gobieno canario se reunirá con reprensentantes de los distintos consejos insulares de aguas para ver si declaran el estado de emergencia hídrico. Una facultad que tiene cada uno de los consejos, en la práctica dependiente de los cabildos insulares, y a quienes el Ejecutivo canario ha querido acompañar teniendo en cuenta que el tema preocupa a muchos. Aunque nunca es descartable que venga una primavera lluviosa que mejore sustancialmente la situación.

Por ahora, los datos afirman que las balsas de Tenerife se encuentran a un 57% de su capacidad. Las de La Palma, al 38%. En La Gomera, oscilan entre el 10 y el 15%. En Gran Canaria, su sistema de presas está a un 22%. En El Hierro, las balsas almacenan agua que viene de pozos y desaladoras, y entra y sale constantemente, pero la escasez también golpea. En Lanzarote, donde la sequía ya arruinó la cosecha de cebollas el año pasado, la cosa sigue igual de mal y declararon la emergencia climática en agosto de 2019. Por su parte, Fuerteventura ya ha declarado la emergencia hídrica este enero de 2020.

Pero la percepción de la gravedad va por islas. El Cabildo de Tenerife afirmó ayer que no hará una declaración de emergencia, porque los datos de demanda de agua y de abastecimiento no lo justifican en estos momentos, tal y como explicó el consejero insular de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez Medina, quien aseguró que “el abastecimiento está garantizado en los hogares y en el campo”. Asimismo, consideró que, en este momento, no se requieren medidas drásticas, porque hay agua para satisfacer la demanda en la Isla”.

Pero reconoció que “quien primero acusa esa ausencia de lluvias son los cultivos y el campo, que está demandando algo más de agua de riego que en época anterior. Aún así, no hay falta de abastecimiento generalizado, si bien hay zonas con cierto déficit hídrico provocado por falta de lluvias como la Isla Baja, las medianías del Valle de La Orotava o la zona Sur, en las que se está trabajando de manera puntual”.

Rodríguez consideró que una declaración de este tipo “implica medidas que suspenden algunos derechos, y tiene que estar debidamente justificada, o los afectados podrían acudir a los tribunales, porque se trata de requisas y establecimiento de prioridades y siempre para garantizar el consumo humano, restándolo del riego, que es precisamente el que tiene problemas puntuales locales”.

Y añadió que “Tenerife cuenta con una estructura hídrica que permite producir 200 hectómetros cúbicos al año para atender la demanda, que es similar a esta cifra. Incluso hay desaladoras en la zona Sur que, a día de hoy, disponen de excedentes y en algunos casos se están dirigiendo a la agricultura”.

Para el ingeniero de Caminos Escolástico Aguiar, que durante décadas trabajó en el Cabildo tinerfeño, la decisión es adecuada. “No hay una situación muy diferente a la que ha habido en años anteriores”. Sí le parece un poco más preocupante la falta de lluvias en la Isla Baja. “Con la balsa de la Montaña de Taco al 30%, es una situación complicada. Ahí están previendo tomar agua de una desaladora privada”. En esta zona hay mucha platanera. Igual que en el Sur, donde las desaladoras garantizan el riego a la producción.

Según Aguiar, si no llueve, pueden haber perjuicios para algunos cultivos de medianía que se plantan en esta época, como las papas.

En Gran Canaria, Antonio Morales no entró ayer a valorar una posible declaración, pero afirmó que no existe riesgo de desabastecimiento de agua y que está garantizado tanto el consumo doméstico como el agrícola, además de señalar que en Gran Canaria se trabaja desde hace años para resolver la problemática del agua. Más taxativo, su consejero Manuel Hidalgo, encargado del Sector Primario y de la Soberanía Alimentaria, además de gestionar el consejo insular de aguas, afirmó que “no se dan las circunstancias para declarar una emergencia hídrica porque el agua de abasto para la población está garantizada”, según recogía Canarias 7.

En La Gomera, sin embargo, estaban ayer a la espera de lo que ocurra hoy en la reunión de Gran Canaria para tomar una decisión. “Si la situación no cambia, debemos analizar la posibilidad de tomar medidas excepcionales para hacer frente a la pérdida de las rentas que pueden sufrir los agricultores y ganaderos en Canarias, a causa de la falta de precipitaciones”, afirmó ayer el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo. “No podemos eludir los efectos del cambio climático, y lo vemos en aspectos como que cada vez hay más sequía, menos lluvias, con los consecuentes daños a la agricultura y la ganadería”, indicó.

Según el vicepresidente del Cabildo de El Hierro, David Cabrera, ellos ya se han puesto a trabajar en el asunto. “Nosotros no vamos a esperar por nada ni por nadie. La realidad insular la conocemos, porque somos una administración cercana. Me atrevería a decir que mejor que el Gobierno canario”, afirma. “Ya desde el Cabildo hay medidas, pero se van a desarrollar otras más: amplicación de las diferentes desaladoras que tenemos, incremento de redes de riego y revisión de cuotas y tarifas, construcción de depósitos de agua, adquisición de pozos por parte, o apoyo a determinados cultivos que se pueden ver especialmente afectados por la sequía”.

En La Palma, su consejero de Aguas, Carlos Cabrera, también confirma que esperaran a mañana para ver si declaran o no la emergencia hídrica. Inesperadamente, es quizá la Isla más afectada por la sequía. Aunque tiene un acuídero muy importante, sus balsas, especialmente la de Barlovento, están muy menguadas. Y tiene un importante sector agrícola, con especial importancia del plátano y el aguacate, grande consumidores de agua.

“Quizá sea el momento de plantearse la desalación en La Palma”, reflexiona Escolástico Aguiar. Una forma de evitar que disminuya el acuífero, de donde se plantean tirar, a corto plazo, con la reactivación de pozos y galerías. “Pero poner en marcha un pozo y actualizar el contrato con la compañía suministradora, con las variaciones de normativa que siempre hay, es un trámite complicado”. También disminuiría el acuífero si se sigue perforando el túnel de trasvase que hay de Este a Oeste de la isla, de las Breñas y el Valle de Aridane, una solución que provoca controversia en la Isla Bonita entre partidarios y detractores,
Para Escolástico Gil, la preocupación del Gobierno canario está justificada. “Me parece muy bien, pero se soluciona con medidas que tardan años. Por mucho dinero que se tenga, en tres o seis meses, poco se puede hacer”, afirma. “Pero sí se puede concienciar y empezar a actuar. Pero para la sequía que está ya encima, lo que nos queda es sacar a la Virgen de La Candelaria para que llueva”. Una manera suave de contar que la cosa tiene sus complicaciones.

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