adeje

“El activismo medioambiental es mucho más que coger un megáfono y echarse a la calle”

La adejera Victoria Ballesteros, de 16 años, acaba de regresar de la ONU, donde pronunció su segundo discurso, en el que planteó sus ideas para combatir la sequía en los países más pobres
Victoria Ballesteros (tercera por la izquierda) junto a las representantes de la organización internacional Girls in Science, de la que forma parte. DA
Victoria Ballesteros (tercera por la izquierda) junto a las representantes de la organización internacional Girls in Science, de la que forma parte. DA
Victoria Ballesteros (tercera por la izquierda) junto a las representantes de la organización internacional Girls in Science, de la que forma parte. DA

Se quiere comer el mundo, como tantos millones de jóvenes, pero en su caso ya ha dado los primeros bocados con dos discursos en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, algo con escasos precedentes a los 16 años. Allí, en la capital del mundo ha expuesto sus ideas y proyectos para extender la tecnología a las zonas más desfavorecidas del planeta y resucitar campos moribundos agrietados por la sequía.

La “Greta Thunberg canaria”, como la bautizaron algunos de los participantes en un foro internacional sobre cambio climático celebrado el año pasado en Adeje, en el que compartió escenario con Robert Francis Kennedy, regresa feliz de la ciudad de los rascacielos, de donde se trae el aplauso de los embajadores y la aprobación de un documento, el pasado 11 de febrero, promovido por la asociación Girls in Science (Chicas en Ciencia), de la que forma parte, que compromete a los países firmantes a apoyar la igualdad de género en materia de estudios, investigación y elaboración de proyectos dirigidos a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente en las zonas que más sufren la escasez de agua.

Alumna del instituto Ichasagua, en Los Cristianos, donde cursa primero de bachillerato de Científico Tecnológico, la cabeza de Victoria Ballesteros no para de fabricar ideas y de hacerse preguntas. “¿Cómo es posible que en Canarias consumamos naranjas de China y las de Valencia se exportan a Latinoamérica?”, ¿por qué se empeña Trump en negar el cambio climático cuando tiene a 45 asesores diciéndole lo contrario?”, “¿qué propone Greta Thumberg para los canarios, que dependemos del avión para salir del Archipiélago?”, son algunas de las inquietudes que manifiesta nada más comenzar la conversación con DIARIO DE AVISOS.

icono juvenil

Esa curiosidad por resolver dudas, unida a su capacidad comunicativa y a sus ganas de aportar soluciones medioambientales para tratar de taponar la herida de un planeta que se desangra, la ha convertido en el principal icono juvenil en Canarias contra el calentamiento global desde un posicionamiento moderado, alejado de los planteamientos extremistas. A su juicio, esa radicalidad en los mensajes no conduce a nada, porque “reducirlo todo al blanco y negro no es bueno”.

Aclara que el activismo que defiende va más allá de “coger un megáfono y echarse a la calle”. Para ella es solo la punta del iceberg de un sólido movimiento, “que es la faceta que menos se ve”, cimentado en estudios, en la elaboración de documentos oficiales, en intervenciones en foros internacionales y en la participación en instituciones como la Academia de la Ciencia de Nueva York, de la que la adolescente adejera es miembro junior. “Buscamos cómo mejorar las condiciones de vida de la gente, lejos de radicalismos, pero diciendo las cosas claras”, simplifica.

Defiende la aplicación de la ingeniería en “todos los ámbitos de la vida” y sostiene que la distancia entre la ciencia y el gran público la determina el desconocimiento de todos los campos que esta abarca. Esa idea la plasma en uno de los capítulos que acaba de publicar en el libro 11 de febrero, escrito por diferentes autores y que aborda el desafío de las mujeres y las niñas en la ciencia y el esfuerzo por alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. En él propone la creación de más huertos escolares “para que los niños y niñas no vean la agricultura como algo lejano de los abuelos”, y apostar por mercados del agricultor más tecnológicos, donde la prioridad se centre en los productos locales.

Greta Thunberg

No rehuye la comparación con Greta Thunberg, la joven sueca que abandera la lucha juvenil en el mundo contra el cambio climático, aunque no comparte plenamente su discurso al que echa en falta más propuestas en positivo, lo cual, entiende, no eclipsa su labor y su capacidad movilizadora. “Tiene un gran mérito el movimiento mundial que ha creado y la visibilidad que ha adquirido. Nadie se lo podrá quitar, pero dejar los estudios un año me sorprende mucho. Nosotros, en Girls in Science, jamás nos lo hemos planteado porque no nos lo podríamos permitir, Queremos mejorar cada día nuestros conocimientos”.

Victoria Ballesteros tiene la nacionalidad española y estadounidense, como su padre, natural de Lagunilla (Salamanca), que adquirió la doble condición después de vivir durante años en el país que hoy preside Donald Trump, con quien su hija no se anda con medias tintas a la hora de criticar su política medioambiental. “Él sabe que el cambio climático es una realidad, lo que pasa es que hay muchos intereses empresariales ocultos y le conviene decir que no existe. Es una persona difícil de entender que aplica lo de que hablen de mí aunque sea mal y que mira únicamente por su país de forma egoísta e imprudente”, sentencia.

La adejera teme que el cambio climático se convierta a corto plazo en un tema de discusión casi tabú. “Será como la política, un asunto del que no se podrá hablar en las reuniones familiares y de amigos porque acabará generando discusiones y enfrentamientos”. Ella se entrena en ese debate con sus compañeros del IES Ichasagua, donde se confrontan ideas y propuestas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también sobre igualdad y calentamiento global. “Todos tenemos nuestros pensamientos y todos aprendemos”. Victoria Ballesteros obtuvo en cuarto curso de la ESO un 9.98 de media y en el primer trimestre del actual firmó un 9.11, “por culpa del dibujo técnico”. Ahora, a su regreso de Nueva York, se quiere poner al día en los exámenes, y los ratos libres dedicarlos a sus otras tres pasiones: bailar, leer y ver películas.

De momento centra sus esfuerzos en hacer cumplir su sueño, “que se le dé importancia al agua y a la agricultura”. Valora la sensibilidad de las instituciones canarias con el cambio climático, “un fenómeno que nos afectará muchísimo”, aunque es partidaria de impulsar más infraestructuras hidráulicas “para almacenar agua y ser capaces de transportarla a las zonas más áridas del Archipiélago”. Fija como uno de los desafíos nacionales “encontrar la manera de hacer de las zonas despobladas lugares interesantes” y en ese sentido pide “volcarse con la España vaciada”.

Cuando se le pregunta por el futuro del planeta, asegura que todo dependerá de las políticas que se apliquen en los próximos 10 años. “Si logramos que se lleven a cabo una mínima parte de los planteamientos de Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, sólo podemos aspirar a sobrevivir. Si conseguimos ejecutar la mitad de los acuerdos, iremos tirando”.

TE PUEDE INTERESAR