
Tenerife tiene de todo: playas con encanto y escondidas, montañas impresionantes, ciudades perfectamente abastecidas y pueblos llenos de historia, cultura y, por supuesto, una exquisita gastronomía.
Generalmente, y para muchos afortunadamente, los que visitan la Isla suelen disfrutar de las playas ubicadas en las zonas más turísticas, yéndose sin descubrir las que se encuentran escondidas entre montañas, o las que descansan al final de los numerosos y escarpados senderos.
En DIARIO DE AVISOS hemos confeccionado una lista con cinco playas solitarias, misteriosas o escondidas por el escarpado paisaje tinerfeño.
Así pues, te damos a continuación algunos datos que debes tener en cuenta si decides descubrir estos preciosos rincones de arena volcánica, rocas y mar.
Cinco playas solitarias de Tenerife
El Apio. Esta playa de arena dorada, rocas y grava se refugia en los acantilados de La Barranquera, en Valle Guerra (La Laguna). Puedes encontrarla en la desembocadura del Barranco del Horno.
El acceso a El Apio es sencillo, y además dispone de aparcamiento. A su vez, no es la única playa de la zona, ya que a menos de cinco kilómetros se encuentra otra no menos curiosa: la Playa del Roquillo.
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La Ocadila. Muchos laguneros han oído hablar de ella, pero no todos han podido darse un chapuzón en su mar. La Ocadila descansa, alejada de la urbe, entre la Punta del Hidalgo y Anaga.
Esta playa escondida requiere de pasión aventurera, pues su acceso es complicado. Tal es así, que solo podrás acceder a ella por el mar, ya sea en kayak o en barco.
Otras calas de escándalo se esconden en la coste noreste de Tenerife.
Ver esta publicación en InstagramPlaya de Ocadila #playadeocadila #tenerife #puntadelhidalgo #kayaking #hiddenbeach
Masca. Un precioso caserío emerge, entre profundos barrancos, a 11 kilómetros del casco urbano más cercano de Masca, el de Buenavista del Norte.
A simple vista es difícil imaginar que este punto de la Isla, que se alza a 750 metros sobre el nivel del mar, sirvió en su momento de escondite para los piratas que surcaron por nuestras aguas.
En el cauce del barranco te espera, custodiada por los acantilados, una playa salvaje de arena negra y piedras. Tienes dos opciones para llegar a ella: por mar, en barco o kayak, o descendiendo por su sendero. Si eliges esta última alternativa, tardarás en pisar la playa entre dos y cuatro horas.
¡Ah! Y no te olvides de ir temprano y, como es obvio, con buen tiempo.
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Las Breñas. Si eres de mar y montaña, la Playa de Las Breñas es tu sitio. Este tesoro, cubierto de arena negra y piedras, te espera en Las Palmas de Anaga y te ofrece una estupenda panorámica de los Roques de Anaga.
El sendero que te lleva a la Playa de Las Breñas parte desde El Draguillo. El camino es complicado, por lo que debes mantenerte muy atento durante la travesía.
En el camino te toparás con rincones fantásticos como la Hacienda de San Gonzalo, famosa hace cientos de años por su producción de vino, o la ermita que custodia un cuadro de la Virgen de Candelaria que data del siglo XVII.
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Playa del Ancón. Llegar a esta playa salvaje de La Orotava requiere un pequeño ‘pateo’ de entre 20 y 30 minutos, pero merece la pena. Sobre todo, cuando pisas su arena negra volcánica.
El Ancón es una playa pequeña: su extensión es de unos 400 metros. Sin embargo, cuando levantas la mirada, te topas con la majestuosidad un paisaje espectacular.
Si hay un “pero” para esta playa, es el estado de la mar: métete solo si la mar está en calma. Ya sabemos que las aguas del norte arrastran bastante cuando están bravas, como ya sabemos que ocurre en otras de la misma zona, como Los Patos o el Bollullo.
Otras playas con encanto
Sería injusto hablar de esta lista como la definitiva, pues las preferencias en esto, como en todo, depende del gusto de cada uno. Tal es así, que se nos quedan fuera de esta lista de playas escondidas de Tenerife otras que son igual de espectaculares: El Carrizal, La Fajana, La Garañona, Roque Bermejo, Antequera…