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Canciones para plantarle cara al confinamiento

El cantante Chago Melián regala todos los días a sus vecinos de Las Cuevas, uno o dos temas desde su terraza para ayudarlos a pasar mejor los días de cuarentena, minutos antes y después de los aplausos de las siete a sanitarios y cuerpos y fuerzas de seguridad
El cantante tinerfeño regala todos los días a sus vecinos de Las Cuevas, en La Orotava, una canción para ayudarles a pasar mejor los días de cuarentena “y limpiar un poco las horas oscuras que tenemos durante el día”, apunta Chago Melián. Fran Pallero
El cantante tinerfeño regala todos los días a sus vecinos de Las Cuevas, en La Orotava, una canción para ayudarles a pasar mejor los días de cuarentena “y limpiar un poco las horas oscuras que tenemos durante el día”, apunta Chago Melián. Fran Pallero

Cinco minutos antes de los aplausos de las siete de la tarde, los vecinos de Las Cuevas, en La Orotava, tienen una cita obligada con la canción. Mejor dicho con Chago Melián, quien desde hace tres semanas les regala una copla antes y otra después de las merecidas felicitaciones a sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad, dependientes de supermercados, bancos y farmacias.

Que la música tiene múltiples beneficios en nuestra vida está más que probado. Quizás por eso, en una situación tan excepcional como la que se vive en la actualidad, muchas personas la han elegido como la mejor herramienta para plantarle cara al confinamiento y mejorar el estado de ánimo al no poder salir ni ver a sus seres queridos por el Estado de Alarma.

Eso fue lo que pensó hace unas tres semanas el intérprete tinerfeño, natural de Punta del Hidalgo pero afincado desde hace un tiempo en la Villa por cuestiones laborales de su pareja, donde también tiene su estudio de pintura.

“Soy puntero de brisa, salitre y brezo y me tienen aquí en La Orotava porque la vida es así”, confiesa. Y a pesar de que echa de menos el mar y los alisios de La Punta, le compensan las vistas y la luz que le ofrece el municipio norteño, confiesa.

Hace unas tres semanas surgió la idea de cantar desde su terraza para alegrarle la tarde a sus vecinos. Desde que comenzó con esta iniciativa sólo paró Jueves y Viernes Santo por respeto a lo que conlleva ese día para muchos creyentes.

“Ahora estoy más ocupado y agobiado porque tengo que buscar y preparar todos los días los temas”, sostiene. Sin embargo, las innumerables muestras de apoyo que recibe a diario compensan cualquier esfuerzo.

No descansa, porque apenas termina de almorzar tiene que encargarse de instalar en su terraza el equipo, la mesa y columnas de sonido, así como el equipamiento necesario para que su voz se escuche en todo el vecindario. Un trabajo que realiza “con mucho cariño” porque “he visto muy triste y preocupados a muchos amigos por la incertidumbre actual”.

Además, cree que “no cuesta nada buscar una sonrisa si la tienes en tu mano y la puedes ofrecer a quienes la necesitan. Quizás 15 minutos al día es un rato ameno y agradable que ayuda a limpiar un poco las horas oscuras que tenemos durante el día”. En su caso, además, le sirve de ejercicio para entrenar la voz.

“Ayer mismo estaba ensayando un tema que exige un tono especial porque además, hay mucha gente que lo graba en directo para las redes sociales”, explica el cantante.

Su mujer Kamuela, que es hawaiana, también ha sido cómplice de esta aventura que tiene “una satisfacción personal muy grande”. En una ocasión interpretó I’ll remember you, un tema muy popular de ese país, en el que ella aprovechó para poner un pareo muy grande en el aparcamiento y bailar un hula.

La gente le escribe a través de las redes sociales pidiéndole temas y entre los preferidos está el Ave María “pero no se puede estar cantando todos los días”, apunta. “Estoy loco buscando canciones entre pendrives y CD para no repetir”, añade.

Y como no le gustaría tener que hacerlo, se muestra optimista y espera que esta situación “termine ya” para cantar junto a sus vecinos, hacer una fiesta “y celebrar que no nos ha tocado este bicho”, bromea.

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