sociedad

Guardianes naranjas a pie de calle las 24 horas del día

Los voluntarios de Protección Civil de Arona redoblan esfuerzos en la cuarentena. Vigilar las colas de los supermercados, repartir víveres o acompañar a mayores a hospitales, entre sus servicios
Varios voluntarios cargan cajas de plátanos para trasladarlas al Banco de Alimentos de productos perecederos de Arona. DA
Varios voluntarios cargan cajas de plátanos para trasladarlas al Banco de Alimentos de productos perecederos de Arona. DA
Varios voluntarios cargan cajas de plátanos para trasladarlas al Banco de Alimentos de productos perecederos de Arona. DA

Eladia, vecina de El Fraile, rompió a llorar la semana pasada en su ventana minutos después de que aparecieran por su calle dos vehículos de Protección Civil de Arona con las sirenas activadas que pusieron en alerta al vecindario. A la altura de su vivienda dejaron de sonar las señales de emergencia y comenzó a escucharse un mensaje de felicitación dirigido a la presidenta de la Asociación de Mayores de este núcleo sureño. Cumplía 88 años.

Los aplausos comenzaron entonces a brotar desde todos los balcones y ventanas próximas mientras Eladia no paraba de secarse las lágrimas y de lanzar besos volados a los miembros de Protección Civil que participaban en la unánime ovación. El cumpleaños feliz cantado a coro en tiempos de confinamiento suena con una emotividad formidable y no lo olvidará nunca esta activista vecinal muy querida en El Fraile.
La cuarentena multiplica los servicios del medio centenar de voluntarios de Protección Civil en el municipio de mayor población del sur de Tenerife que, organizados en turnos de mañana, tarde y noche, se desviven de lunes a domingo para velar por la seguridad de los ciudadanos, ya sea verificando el cumplimiento de las distancias de seguridad en las colas de los supermercados o en la estación de guaguas, repartiendo los víveres de los bancos de alimentos entre las familias más necesitadas o acompañando a mayores y personas con movilidad reducida a los hospitales.

José Julián Mena visitó las instalaciones para agradecer la labor de los voluntarios. DA
José Julián Mena visitó las instalaciones para agradecer la labor de los voluntarios. DA

como una familia

Francisco, Tomás, Fernando, Juan, José, Carlos, Joana, Álvaro, Alexis… son parte del ejército solidario de chalecos naranjas que permanece en guardia las 24 horas del día desde que comenzó el confinamiento en los domicilios el pasado 15 de marzo. Son 50 voluntarios, con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, que funcionan como una gran familia unida por un sentimiento de responsabilidad que desde primera hora de la mañana se echa a la calle para servir a los vecinos.

“A quien le guste la colaboración y ayudar a los demás le engancha esto”, coinciden en señalar varios de ellos, que cada mañana, al despuntar el día, asisten, provistos de guantes, mascarillas y viseras, al reparto de tareas que coordina Tomás, encargado del Puesto de Mando Avanzado. Un encuentro en el que se comunican dónde prestarán los servicios, siempre sujetos a algún imprevisto de última hora.

Las funciones que desarrollan los voluntarios de Protección Civil en Arona son de lo más variado, pero siempre con un denominador común: su vocación humanitaria. Además de supervisar las largas colas que vemos en estas fechas en las puertas de los supermercados o, en el caso de Los Cristianos, en la estación central de guaguas, la mayor parte de sus servicios se dirigen a acompañar a personas mayores a realizar alguna gestión, trasladar a ciudadanos con dificultades de movilidad al hospital o al banco, repartir productos de primera necesidad (comestibles y fármacos, sobre todo) desde los bancos de alimentos de Arona, ir a recoger las donaciones que realizan las empresas y trasladar los recursos médicos necesarios a los dos hospitales del área metropolitana de Santa Cruz.

Un miembro de Protección Civil vigila una cola en la Costa del Silencio. DA
Un miembro de Protección Civil vigila una cola en la Costa del Silencio. DA

alimentos perecederos

Una de sus últimas acciones fue recoger dos palés completos de fruta a la empresa Europlátano, en Guargacho, y transportarlos al banco de alimentos perecederos, un servicio que se puso en marcha recientemente y que aporta a las familias más necesitadas del municipio fruta, verdura y carne donados por empresas y particulares que acaban siendo distribuidas entre los beneficiarios de las ayudas sociales.
Hace unos días, el alcalde de Arona, José Julián Mena, visitó el cuartel general de Protección Civil, situado en la calle Madrigueras número 5 de Los Cristianos, para agradecer personalmente el esfuerzo de sus voluntarios.

Siempre con las radios encendidas, en coordinación permanente con el Puesto de Mando Avanzado y con la activación constante del servicio que enlaza las comunicaciones con el 112, los voluntarios se distribuyen por los diferentes núcleos del municipio.

Una unidad hace rondas por las paradas de guaguas y supermercados, y si localizan a alguna persona mayor cargada con bolsas, le ayudan con la compra. Otra monta guardia en la rotonda que conduce a El Palm-Mar, una tercera se desplaza a la entrada de El Fraile, y así por todo el municipio. Siempre dispuestos a colaborar con los vecinos. Siempre en guardia, día tras día, sin descanso.

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