Cabreros de Los Realejos se quejan de que “no los dejan” salir a pastorear y a quienes lo han hecho les han puesto multas. “No sé cuánto es y mejor no saberlo”, asegura a este periódico Domingo González, cuya familia vive de la leche que producen sus cabras y que vende a la quesería de Benijos. “Me quitaron hasta las ganas de trabajar, de vivir, de todo. Todavía no sé lo que voy a hacer con ésto”, confiesa, y añade que a su hermano también lo multaron.
Domingo entiende “que nadie tiene la culpa” de la alerta sanitaria por el Covid-19 y subraya que los cabreros “también corren riesgo al estar en la calle con los animales. Pero como yo le dije al policía: ¿qué hacemos? ¿los dejamos morir de hambre? Son los primeros que llamarían al Seprona y me meten en la cárcel, las saco a comer y me multan, ¿Qué hago?”, insiste el ganadero.
Subraya que su situación es la misma que la de muchos otros cabreros del municipio y por eso pide que se tomen medidas que les permitan hacer su trabajo con tranquilidad, sin que la consecuencia sea una sanción.
Por el contrario, el alcalde, Manuel Domínguez, niega que se haya prohibido la actividad. “La normativa permite el pastoreo en los lugares habituales, no transitar por la vía pública como lo están haciendo en estos momentos determinados cabreros” que, aclara, no son todos, “pero algunos se saltan la norma y de ahí la obligación de sacar un decreto de Alcaldía”, precisa. Incluso, asegura que desde el Ayuntamiento se “ha tenido la deferencia de hablar con cada uno de ellos para decirle cómo era la realidad”.
Domínguez aclara que este debate no es nuevo pero que se ha vuelto a hacer público debido a las quejas de los vecinos por la alerta sanitaria, que ha obligado a extremar las precauciones en materia de higiene. En este sentido, recalca que “no se puede estar desinfectando las calles y que los cabreros vengan detrás dejando excrementos en la vía. Estamos haciendo una inversión importante en limpieza, estamos bajo mínimos en personal y todos tenemos que arrimar el hombro para colaborar”, declara.
El regidor se ha dirigido en los mismos términos a la Subdelegación del Gobierno: “Allí donde se celebre el pastoreo de forma ordenada, respetando la propiedad privada y a los vecinos, no tenemos nada que decir, pero donde sigamos viendo mala praxis el Ayuntamiento va a intervenir y que luego dirima las responsabilidades quien competa”.
Domnínguez recalca el apoyo al sector y prueba de ello es que el Consistorio trabaja en una base de ayudas para el ganado, no solo el caprino, ante la caída de venta de la leche y las dificultades para el pastoreo: “Pero hay un divorcio absoluto entre la actividad y el mal comportamiento. Y lo que perseguimos es esto último, no el pastoreo, porque algunos lo hacen y lo hacen bien”. Mientras tanto, añade, “como alcalde voy a seguir velando por los intereses de los vecinos y de lo que es de todos, que son los jardines y las vías públicas.”, insiste.
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