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Candelaria construye el futuro sobre el pasado

Las naves de Sixto Machado, que hoy tienen un siglo, a la entrada del casco de Candelaria, las ha adquirido el Ayuntamiento por 2,2 millones de euros, para crear un centro de ocio, gastronomía y cultura, más aparcamientos subterráneos
La idea es rehabilitar todo lo que se pueda conservar de las naves. FRAN PALLERO

El Ayuntamiento de Candelaria formalizó el 22 de mayo la compra de las viejas naves de la empaquetadora de don Sixto Machado, construida hoy hace un siglo (1920), gracias a 2.270.000 euros sacados del superávit de 2018, según acuerdo mayoritario el Pleno municipal, con la abstención de Ciudadanos y Vecinos por Candelaria.

Esas naves, que no son Bien Cultural, pero si patrimonio industrial, se convertirán en zona de esparcimiento de ocio, cultura y gastronomía y además contará con aparcamientos subterráneos, si el nivel freático lo permite, tan necesarios en el casco del municipio, al estar situado justo debajo de la rotonda de entrada a la Villa Mariana y al lado de una nueva construcción que deberá hacer una vía que enlace con la calle El Sol, lo que permitirá descongestionar la entrada y salida por las calles Periodista Ernesto Salcedo y Las Vichas.

Desde hace años, el Ayuntamiento de Candelaria viene tratando con los herederos de Don Sixto la compra del suelo que alberga cinco viejas naves, una ca y un pozo, justo en la entrada del viejo casco de Candelaria, muy cerca del Ayuntamiento y del centro de salud, por ejemplo. Una compra que tardó en fraguarse, primero por las exigencias económicas de la familia Chico y después porque no se ponían de acuerdo los cuatro herederos del arayero Lugino Chico Chico, quien en los años setenta compró las naves al arafero Florentín Castro, quien las usaba hasta esa época para almacenar papas, tras recibir el traspaso de los herederos Machado-Domínguez, tras morir don Sixto (Londres, 1942).

La casa y el pozo forman parte de la compra de las cinco naves de Machado / F.P.

La historia de don Sixto

Las naves fueron construida por Sixto Machado (1882-1942) , hijo de Felipe Machado del Hoyo Solorzano, alcalde del Puerto de la Cruz. Sixto a los 15 años marcha a Inglaterra y estableció su residencia en Londres dedicándose al negocio de la recepción, distribución y exportación de frutas y hortalizas provenientes de Canarias, su casa comercial, Sixto Machado & Company, estaba situada en el Convent Garden, centro neuralgia de la actividad comercial frutera en la plaza londinense. En 1920 construye las naves para almacenar tomates de todo el sur y un pozo para llenar una gran charca en Las Cuevecitas, para regar más de dos mil fanegadas de tierra en las medianías de Candelaria.

Sixto Machado contrajo matrimonio en 1907 con María Socorro Domínguez, hija del médico de Arona, Eduardo Domínguez Afonso, primer presidente del Cabildo de Tenerife (1913). Socorro se formó financieramente en Alemania y fue el soporte en la empresa de exportación, que siguió Machado desde Tenerife en 1914, a donde regresó por problemas de salud, derivados del clima londinense. En Tio Pino (Santa Cruz) se construyó una mansión, con una arquitectura rompedora para la época, mientras seguía ampliando sus fincas en Candelaria, La Orotava, Tegueste, San Miguel…dedicándose no solo a los tomates y papas, sino también a grandes explotaciones de tabaco, plátanos y ganadería.
Sixto y Socorro tuvieron cinco hijos, pero ninguno se interesó por seguir con las naves de Candelaria, que en los años 40 se convirtieron en acuartelamiento militar y hasta en sala de baile y cine.

Las naves se encuentran en la entrada del casco de Candelaria, en la céntrica calle de El Pozo / NORCHI

Mari Brito

Mari Brito, la alcaldesa de Candelaria, se muestra entusiasmada con la adquisición de las naves, porque se trata de “un proyecto marca el futuro de desarrollo sostenible que queremos para Candelaria” y no se atreve dar fechas porque “porque hasta que no nos dejen utilizar el remanente nuestra capacidad de inversión va a estar muy limitada”, calculando el coste total de la obra “en una cantidad no muy inferior al coste de los terrenos”.

Recuerda Mari Brito que “si hemos comprado este solar es precisamente para mantener nuestro patrimonio, porque en el planeamiento se recoge el derribo de estas naves, algo que nosotros trataremos de conservar, por lo que vamos a modificar el PGO y a partir de ahí licitar el proyecto”, para lo que no descarta “un concurso de ideas”.

La alcaldesa insiste en que “nuestra intención las naves y conservar todo aquello que se pueda conservar, con el asesoramiento técnico necesario y con los informes del Cabildo y Consejo Insular de Aguas”.

Reafirma Brito la idea de compaginar en la zona un mercado gastronómico y del agricultor, “con productos de toda Canarias, dado que somos la casa de la Patrona”, con un centro cultural de exposiciones, zonas ajardinadas para ocio y aparcamientos subterráneos.

El pozo tiene una profundidad de casi 8 metros y hace un siglo elevaba agua hasta Las Cuevecitas / FRAN PALLERO

Cinco naves, una casa y un pozo en 5.000 metros cuadrados

Las naves de Sixto Machado suman 5.187 metros cuadrados y está al principio de la calle El Pozo, justo en la rotonda de entrada al casco de Candelaria.

La parcela costa de tres módulos. El primero con dos grandes naves situadas en la calle El Pozo formadas por un cerrramiento realizado a base de piedra tosca y mortero, recubierto, cuya cubierta (a dos aguas de cada nave) está formada por una estructura de madera, sobre la cual, se colocaron las tejas. En el módulo 2 hay tres naves, más pequeñas, de las mismas características que las del módulo 1. El módulo 3 está formado por una vivienda y un pozo que tiene una altura considerable (7,70 metros en su parte más profunda).

Estas naves se construyeron en 1920 para almacenar tomates y papas, los cereales que envió Evita Péron en la posguerra española, pero también fue acuartelamiento militar, sala de baile y cine, donde se proyectó la primera película sonora en Candelaria.

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