Su hematóloga le había dado un mes para encontrar un donante 100% compatible. Si en ese tiempo no llegaba, tendría que recurrir a la médula de su hermano, que solo lo es al 50%. Cuando el plazo estaba a punto de cumplirse, su doctora llamó. “Tenemos un donante compatible”. Esta frase, tan corta, pero tan llena de esperanza, es la que escuchó Hermes Suárez, hace apenas 48 horas. Este joven chicharrero, de 32 años, residente en Taganana, inició hace un mes, junto a su esposa, Dácil Perdomo, una campaña para encontrar a ese donante que le permita superar el síndrome mielodisplásico (un tipo de cáncer de sangre) que le fue diagnosticado el pasado mes de diciembre. Una iniciativa que tenía, además, un segundo objetivo, el de dar a conocer un proceso tan simple como el de ser donante de médula. Y es que, como explicó Dácil a DIARIO DE AVISOS, “mucha gente sigue creyendo que es un proceso complicado, incluso nos preguntan que cuándo vendrá esa persona para hacer el transplante, y tenemos que explicar que solo vendrá su sangre”.
Y es que el donante de Hermes ha sido localizado en Reino Unido. Desde allí llegará la sangre que le dará una nueva vida, un donante anónimo al que Dácil y Hermes están profundamente agradecidos. “Nuestra doctora ya inició todo el papeleo que conlleva, así como la organización del traslado de la sangre, que es muy complicado, y más ahora con todo esto de la pandemia”, explica la joven. Hermes, mientras su esposa contaba la buena nueva, se sometía al tratamiento de quimioterapia que le han pautado para frenar su enfermedad.
“No tengo palabras. Sabíamos que la red del banco de donantes de médula era internacional, pero no imaginábamos que encontraríamos la ayuda que necesitamos fuera de España”. Dácil agradece el profundo cariño que la pareja ha recibido desde que hicieran su llamamiento en las redes sociales y a través de DIARIO DE AVISOS. “Hemos tenido muchos mensajes de ánimo y también a muchas personas preguntando cómo hacerse donantes. Para nosotros, esta última parte es fundamental, es decir, no solo que Hermes encontrara ayuda, sino que también mucha otra gente pueda encontrarla gracias a que la base de datos del banco de donantes crezca exponencialmente”, explicó.
Dentro de la alegría que supone encontrar un donante 100% compatible, también se impone la prudencia. “Digamos que hemos cubierto la primera etapa de un largo viaje. Tenemos el donante, sí, pero ahora Hermes tiene que someterse a la operación, y ver cómo va todo”, indicó. Según los plazos que les han dado, es probable que en abril pueda hacerse el transplante, en el Hospital Dr. Negrín de Las Palmas de Gran Canaria.
Admite Dácil que la noticia del donante ha sido como un chute de energía brutal para ambos: “Estábamos al límite del tiempo y de nuestras fuerzas, y saber que ahora las posibilidades de recuperación son más amplias hacen que la alegría de Hermes sea inmensa”. Asimismo, explica que su marido incluso se siente algo culpable, “porque ahora mismo tiene compañeros en el hospital que llevan mucho tiempo esperando encontrar a un donante, una salida que él ha conseguido en un mes”. “Por eso -insiste- necesitamos que la gente done, que se acerque a los bancos de sangre e indiquen que quieren ser donantes de médula ósea, que es un proceso relativamente sencillo, tanto como donar sangre”.
Y es que el gran desconocimiento sobre la donación de médula ósea lleva a las personas a confundirlo con un proceso más invasivo como es el de la médula espinal, que está dentro de la columna. En el caso de la donación que necesita Hermes, el proceso se denomina aféresis, un tipo de donación en la que solo se extrae de forma selectiva las células madre circulantes en la sangre, devolviendo el resto al donante. La separación de las células madre se realiza mediante la centrifugación de la sangre en una máquina a la que el donante está conectado con un equipo completamente estéril y de un solo uso. “Este proceso dura unas cuatro horas, en las que el paciente no corre ningún riesgo, ni sufre dolor, y que en dos días su organismo recupera totalmente las células madre donadas a través de este proceso”, explicaba Hermes hace un mes, cuando lanzó su llamamiento.
Ambos tienen claro que el desconocimiento es el principal problema, por eso quieren que todo el mundo sepa lo fácil que es donar médula ósea: “La gente no se inscribe en el registro de donantes porque desconoce la realidad del proceso. Existe mucha desinformación y desconocimiento al respecto, sobre todo en los jóvenes, cuando precisamente son ellos, los ciudadanos de entre 18 y 40 años, los que pueden hacerse donantes”. “En Canarias el desconocimiento es mayor si cabe, ya que no tenemos campañas de promoción o información al respecto”, concluyen.