No ha hecho falta esperar por estudios de empresas especializadas, ni encargar informes independientes, ni celebrar nuevas reuniones técnicas o políticas para conocer la procedencia y arreglar las vibraciones y ruidos de los que se vienen quejando los vecinos de El Médano, sobre todo entre la zona de Pelada y Los Balos, desde hace varios meses y que llevó el pasado sábado a entre 200 y 300 personas a participar en una caravana de coches y bicicletas para exigir una solución.
Mike, un vecino de El Médano, ya lo ha arreglado. Después de conocer el nombre de la empresa estadounidense propietaria de la plataforma petrolífera Ocean Greatwhite, atracada en el puerto de Granadilla, descolgó el teléfono, contactó con la sede en Houston (Texas) de la compañía Diamond Offshore Drilling y emuló al astronauta Jack Swigert durante el accidentado viaje del Apolo 13: “Houston, tenemos un problema.
Su interlocutor, el director de operaciones del departamento de Salud, Seguridad y Medio Ambiente de la empresa, le pidió durante la media hora que duró la conversación “miles de detalles” acerca de las anomalías detectadas por los vecinos, explicó a este periódico Nayra Rojas, portavoz de los afectados, que reveló que el directivo les transmitió su extrañeza porque no se le había notificado ninguna incidencia.
“Nos dijo que contactaría de inmediato con el responsable de la plataforma para recabar toda la información y una hora después nos llamó para decirnos que él tampoco había recibido quejas”, señaló Rojas. A partir de ahí la empresa activó un protocolo específico para realizar mediciones y localizar la maquinaria que podría generar las vibraciones y los ruidos en la costa granadillera.
Cambios en los motores
Un par de días después, la empresa contactó desde Houston con el vecino para informarle que los ingenieros de la plataforma habían realizado cambios en los motores y para solicitarle la confirmación de la desaparición de las molestias entre los residentes en la zona. “Llevamos, por fin, tres noches durmiendo como hacía bastante tiempo, las vibraciones han desaparecido”, certificó ayer la portavoz, que agradeció la rápida respuesta de la compañía, pero no ocultó su “decepción” por la “desidia de quienes debían resolver un problema del que ni siquiera se quejaron”. “¿Cómo es posible que todas las autoridades implicadas hayan permitido durante tanto tiempo poner en peligro la salud de tanta gente?”, se preguntó.
Nayra Rojas confirmó que desde la Autoridad Portuaria se pusieron en contacto ayer con ella para “hacer las mediciones”. “Creo que llegan un poco tarde”, les dije. Ahora, los vecinos quieren que se elabore un protocolo de seguridad y salud “rápido y eficaz, porque hoy solo hay una plataforma, pero ¿que pasará cuando lleguen tres o cuatro más?”
Hay que recordar que el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria mantuvieron recientemente una reunión en la que, según explicó el alcalde, José Domingo Regalado, la Autoridad Portuaria se comprometió a realizar un estudio sobre las vibraciones. Además, el propio Ayuntamiento anunció que, paralelamente, encargaría un informe independiente para determinar las causas y solucionar el problema. Pero Mike ya lo ha arreglado.
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