
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha sido informado del posible envenenamiento de grajas en la comarca noroeste de La Palma y se encuentra realizando las investigaciones oportunas para esclarecer lo ocurrido, según ha podido saber DIARIO DE AVISOS.
Una denuncia que ha llegado a manos de las autoridades a raíz de un vídeo enviado por aplicaciones de mensajería instantánea en el que se puede observar a un varón alarmado por hallar varios ejemplares de esta subespecie endémica de las Islas en el suelo, prácticamente inmóviles por, presuntamente, ingerir algún tipo de sustancia tóxica.
“Mírenlas todas, envenenaditas”, decía el autor de la pieza audiovisual, que se manifestaba tajante respecto a la causa del aturdimiento de unas grajas y la muerte de otras: “¡Es veneno!”. Se acercaba, de hecho, a una de ellas, que agonizaba; no era capaz ni de mover las alas para alzar el vuelo. “Hay más, e intentan volar, pero para el suelo”. destacaba apenado.
De acuerdo con las fuentes consultadas por esta redacción, el vídeo pudo haberse grabado en el término municipal de Puntagorda, en la zona conocida como La Traviesa, si bien la Benemérita trata de identificar exactamente el punto donde ha tenido lugar esta catástrofe sobre la fauna palmera. Un episodio que recuerda al que se registró en el Roque de los Muchachos (Garafía) el pasado mes de junio, cuando fueron mutilados más de medio centenar de tajinastes -especie protegida- junto a unas pintadas de protesta contra la consejera de Medio Ambiente del Cabildo.
ENVENENAMIENTOS
Pero si hay un suceso más próximo en cuanto a modus operandi es el que se produjo a finales de 2019 en distintos barrios de El Paso, como Tendiña o San Martín de Porres. Entonces, la protectora de animales y plantas Benawara alertó en el DIARIO sobre la colocación de trampas envenenadas por las que habían fallecido perros y gatos que eran paseados por las inmediaciones.
En concreto, para causar la muerte a los animales se empleaba un pesticida prohibido por su alta letalidad, el Carbofurano, comercializado en su día como Furadán. Una víctima de esos envenenamientos fue la pequeña Vicky, cuya propietaria, Martina, declaró a este periódico que “fue muy rápido, aún no puedo creérmelo; he perdido a una buena compañera”.