Fue diseñado para un polígono costero de 222.000 metros cuadrados, con una explanada de 6,4 hectáreas, cinco líneas de atraque para los barcos comerciales que cubren las rutas con La Gomera, La Palma y El Hierro, 739 metros de longitud para atraques y una capacidad para 470 barcos deportivos.
Pero el proyecto de puerto de Fonsalía, en el municipio de Guía de Isora, que comenzó a celebrar sus primeras reuniones técnicas hace ahora 25 años, se enreda cada vez más en un encendido debate social y un enfrentamiento político e institucional que no deja de crecer. El proyecto alternativa al muelle de Los Cristianos, estrangulado por el alto volumen de pasajeros (casi 2 millones al año antes de la pandemia) y la falta de espacio para crecer, corre el riesgo de no llegar a buen puerto.
La caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental, adelantada la semana pasada por este periódico, ha agitado el debate sobre la infraestructura isorana. Una vez agotado el plazo de seis años, vencido en diciembre de 2020, que estipula la Ley de Impacto Ambiental, la Consejería de Obras Públicas, responsable del proyecto, deberá ahora decidir si realiza un nuevo estudio, empezando de cero todo el proceso de declaración ambiental y con una legislación mucho más exigente que la anterior o desiste del proyecto, como ocurrió con la regasificadora en Tenerife, que quedó aparcada al caducar la declaración ambiental. De todas la voces, la que parece más decidida a que se siga adelante es la del presidente del Cabildo de Tenerife, el socialista Pedro Martín.
En declaraciones a DIARIO DE AVISOS, el consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, advirtió de que “hay muchos elementos que hacen casi inviable la ejecución del puerto; si ya con la legislación anterior de 2008, la declaración de impacto ambiental salió con 25 condicionantes muy difíciles de solventar, ahora resultará muy complicado plantear una declaración y que salga positiva, porque la legislación hace mucho énfasis en estudiar las alternativas cero, que en nuestro caso es mejorar la salida de Los Cristianos y los usos actuales del puerto de Granadilla de Abona”.
El consejero avanzó que su departamento ha encargado un estudio a la Universidad de La Laguna sobre los valores ambientales del entorno de Fonsalía y la Zona Especial de Conservación, que trasladará al departamento de Obras Públicas antes de que este decida si vuelve a la casilla de salida e inicia un nuevo estudio de impacto ambiental -lo que Valbuena califica de “pérdida de tiempo”, porque el resultado de la declaración “seguramente será negativo”- o renuncia al proyecto.
Fonsalía ha provocado el primer enfrentamiento público entre el consejero de Transición Ecológica y el presidente del Cabildo, ambos del PSOE. “Es mucho más populista oponerse a un puerto que intentar generar desarrollo social, pero yo no quiero caer en el populismo”, indicó a este periódico Pedro Martín, que pidió que se escuche la opinión de los presidentes de los cabildos. “El consejero no debería precipitarse con unas opiniones que pueden sonar aparentemente bien, pero que deja fuera el criterio de los representantes insulares, que pensamos en el desarrollo, en la capacidad de mejorar las comunicaciones, en abaratar los costes del transporte y en facilitar el tránsito de la economía de las islas periféricas”.
Además de calificar de “asombroso” un planteamiento “que iría en contra del Gobierno de Canarias y de una reciente aprobación del Parlamento”, Martín invitó al consejero a ampliar el horizonte del informe solicitado a la Universidad de La Laguna. “Yo le pediría que encargara un estudio para todas las costas canarias, porque, si no, parecería que el único objetivo que se plantea ese estudio es poder encontrar una justificación para decir ‘no’ al puerto”.
Conforme pasan los días la polémica gana enteros e incorpora nuevos actores. El líder de los constructores tinerfeños no ha dudado en dar un paso al frente y alinearse con las tesis del presidente del Cabildo. Óscar Izquierdo (Fepeco) exigió “responsabilidades políticas” si se demuestra que ha existido “indolencia culpable” en la caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto y pidió “medidas disciplinarias drásticas en todo el aparato administrativo responsable por fallar estrepitosamente”.
“Si se ha dejado que el expediente caducara, parece que en Tenerife quien gobierna son algunos noístas y sectarios incrustados en la administración pública que, con sus permanentes informes negacionistas, paralizan continuamente cualquier infraestructura pública o iniciativa privada que genera economía y empleo”, manifestó Izquierdo, que considera “clave” el puerto de Fonsalía para el crecimiento económico y el desarrollo social de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro.
En el polo opuesto se sitúa la Asociación de Amigos de la Naturaleza (ATAN). Su portavoz, Eustaquio Villalba, expresó su satisfacción por el pronunciamiento del departamento que dirige Valbuena. “Es una gran noticia y la hemos celebrado muchísimo en ATAN por cuanto significa que el puerto de Fonsalía está cada vez más lejos”, manifestó el histórico líder ecologista. Sostiene que es un “alivio” pensar que el próximo informe de Impacto Ambiental deberá tener en cuenta la realidad de la riqueza natural de la zona, “sobre todo como área de paso de mamíferos, además de las especies que viven allí”.
“No se justifican seis puertos, tres de ellos grandes infraestructuras comerciales, en 35 kilómetros de costa, y son absurdas las motivaciones económicas que alegan, porque ganar 10 minutos en un desplazamiento a las islas occidentales es insignificante y en ningún caso justifica esa enorme inversión y el gran impacto que ocasiona”, manifestó el portavoz de ATAN.
Otra de las voces que se ha sumado al debate ha sido la del alcalde de Arona, municipio donde radica el puerto de Los Cristianos. José Julián Mena ha mostrado su oposición a Fonsalía, “un proyecto que requiere una inversión de 200 millones de euros en plena Zona de Especial Conservación, que cuenta con una gran biodiversidad y es uno de los tres únicos puntos del mundo considerado Lugar Patrimonio de Ballenas”.
A juicio de Mena, la solución pasa por resolver los problemas de movilidad y desarrollo urbano del núcleo costero aronero y su puerto. “Los Cristianos, con el tránsito que soporta de pasajeros y mercancías, merece una inversión de menos de 40 millones de euros para su modernización frente a los 200 millones de Fonsalía”, aseguró.
Desde el Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife, su presidente, Roberto Ucelay, indicó que “el puerto de Fonsalía es muy importante para Tenerife y las islas verdes, por cuanto mejora y reduce la navegación de los ferrys, acaba con la saturación del puerto de Los Cristianos y contribuye a generar una oferta marina deportiva, claramente deficitaria en la Isla, que es un sector muy rentable desde el punto de vista económico”.
Ucelay recuerda que todos los estudios realizados aconsejan la construcción del puerto en Guía de Isora, aunque también indicó que Los Cristianos, “un núcleo en caída libre en actividad y empleo”, necesita una “revisión”.