Cuatro meses y medio después de su desaparición sigue sin encontrarse el cuerpo de Francis, el pescador de 47 años que se hundió frente al puerto de Granadilla cuando trataba de lanzar una nasa mientras su hermano guiaba el Punta Abona, barco de la cofradía de Pescadores de San Miguel de Tajao.
Desde el 20 de junio, familiares, pescadores, autoridades de Granadilla y de Arico, vecinos y fuerzas de seguridad, como policías locales y guardias civiles, no han dejado de buscar por mar, tierra y aire el cuerpo de Francis, todo sea, como afirman sus familiares, “para darle cristiana sepultura y dormir con la conciencia tranquila”.
Esa perseverancia familiar no ha tenido hasta ahora el fruto deseado y será difícil que pueda encontrarse el cuerpo, y más después de que haya transcurrido tanto tiempo. Pero al menos no será por el intento, entre otros, del reconocido rescatador internacional de barcos Moisés Pires, natural de El Médano, que desde hace unos meses coordina un equipo de buceadores que desinteresadamente integra la búsqueda submarina de Francis, desde el puerto de Granadilla, donde cayó al mar, hasta la punta del Bocinegro, en Montaña Roja.
Los resultados han sido negativos en el litoral y en las salidas de emisarios, pero tras la contratación de un sonar de barrido lateral, se dio con la pista de algunos objetos no naturales, muy cerca de donde Francis cayó trágicamente al mar. Después de esas imágenes, el equipo de Pires y una zódiac de los GEAS de la Guardia Civil, equipados por un robot de la empresa Tragsa, lograron localizar una nasa escachada -redonda- a 30 metros del punto donde se perdió la pista del pescador y a 101 metros de profundidad. Sin embargo, el robot no logró encontrar rastro del cuerpo o vestimenta de Francis.
“En 15 días esperamos partir hacia la zona con una patrullera de la Guardia Civil e intentar sacar esa nasa o cualquier otra, si las condiciones del mar nos lo permiten”, comentó Moisés Pires, quien recordó que el robot puede bajar hasta los 250 metros.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas