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Juicio contra Thomas Handrick, acusado del doble asesinato de Adeje

El alemán, presunto autor de las muertes violentas de su exesposa y su hijo en el monte adejero, se sentará mañana en el banquillo de la Audiencia Provincial; otro hijo logró huir
El detenido es conducido por agentes de la Guardia Civil para un registro en su domicilio. DA

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife acogerá a partir de mañana el juicio contra Thomas Handrick, el ciudadano alemán de 46 años acusado de asesinar el 23 de abril de 2019 a su mujer, Shylvia, de 39, y a su hijo Jakob, de 10, en una cueva de Adeje y de haber intentado acabar con la vida también de su segundo hijo, Jonas, de 7 años, que logró huir y que resultaría clave en el esclarecimiento de un suceso que conmovió a la opinión pública española y alemana.

Los cuerpos aparecieron con múltiples fracturas craneoncefálicas en una cueva del paraje rural de Hoyo del Agua, lugar al que Thomas llevó a la familia en un Volkswagen Caddy azul alquilado días antes con el falso pretexto de entregarles unos regalos de Pascua que supuestamente había escondido en una cueva del monte, punto elegido para ejecutar su macabro plan.

Shylvia, que estaba separada de su pareja aunque sin divorcio formalizado, viajó el día anterior a Tenerife con los dos niños desde la ciudad alemana de Halle para disfrutar de las vacaciones de Semana Santa. Aquel día, la familia preparó bocadillos para un pic-nic y se adentró en el escarpado paisaje de Ifonche, en los altos de Adeje.

Al llegar a la gruta donde les había dicho que escondía la sorpresa –un paraje minuciosamente escogido para que nadie oyera los gritos de las víctimas y facilitara su huida-, Thomas desveló su trampa. Cogió dos grandes piedras y comenzó a ensañarse con Shylvia, primero, y con Jakob después. El pequeño Jonas emprendió la huida del escenario del horror. Lo hizo en sentido contrario al que había llegado en el coche conducido por su padre y a través del monte, decisión que probablemente le salvaría la vida.

Aterrorizado, el pequeño corrió durante cuatro kilómetros en dirección a la costa entre los escarpados barrancos de chumberas, matorrales y cuevas hasta que llegó al barrio de La Quinta, donde le localizó una vecina que contactó con una ciudadana holandesa de 59 años, Annelies, residente en este núcleo, que habla alemán. Ella acogió al pequeño y se convirtió en su madre adoptiva y confidente en las 24 horas siguientes. A Annelies el menor le explicó que se alejó de la carretera por la que habían llegado para que su padre no lo encontrara.

El escalofriante relato de Jonas, que resultaría decisivo para el rápido esclarecimiento de los hechos y la pronta detención del presunto autor, activó de inmediato un operativo policial de casi un centenar de efectivos que peinó la zona entre los barrancos del Burro y del Infierno. Horas después, localizaban los cuerpos sin vida de Sylvia y Jakob.

Cuando los agentes de la Guardia Civil acudieron a detener a Thomas en la vivienda en la que residía y en la que pasaba grandes temporadas, en el casco urbano de Adeje, se lo encontraron durmiendo. Presentaba algunos arañazos en su cuerpo y una herida en su pómulo derecho, probablemente causada por las víctimas en su intento de defenderse. Fuentes del Instituto Armado confirmaron que, mientras permaneció en los calabozos, Thomas nunca preguntó por su hijo Jonas.

Según se recoge en el auto de apertura de juicio oral dictado por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Arona, el acusado sabía que la vida de su hijo menor estaba en peligro y lo “dejó a su suerte ante la creencia de que fallecería antes de lograr auxilio”.

Thomas Handrick está acusado de tres delitos de asesinato, uno de ellos en grado de tentativa. La Fiscalía solicita una condena de prisión permanente revisable.

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