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La ‘mejor vacuna’ contra la COVID: un buen puchero en La Orotava

El barrio de La Florida celebra hoy uno de los días más esperados: la degustación de este plato popular que vuelve a disfrutarse en casa debido a la pandemia
La concejal delegada del barrio, Delia Escobar, también armó cajas y las repartió entre los vecinos del barrio. DA
La concejal delegada del barrio, Delia Escobar, también armó cajas y las repartió entre los vecinos del barrio. DA
La concejal delegada del barrio, Delia Escobar, también armó cajas y las repartió entre los vecinos del barrio. DA

La pandemia de COVID-19 no ha impedido que los vecinos de La Florida celebren hoy uno de los días más esperados del año: el tradicional puchero, que este año vuelve a dejar atrás el recinto al aire libre donde se congregaban miles de personas con motivo de las fiestas en honor a San Antonio Abad y la Virgen de La Esperanza y se saborea en casa, en compañía de los más allegados.

Para ello, la Asociación San Antonio Abad Fiesta de las Tradiciones ha vuelto a armar cajas con los ingredientes necesarios para elaborar este tradicional plato de la cocina canaria y ha batido todos los récords previstos: 440 cajas con verduras sembradas y cosechadas por ellos mismos. Pero además, lo ha hecho en tiempo récord ya que ayer, antes de las siete de la tarde, estaban todas repartidas. Entre ellas, más de 50 iban destinadas a las personas más necesitadas del barrio.

Col, chayotas, calabaza, puerro, zanahorias, bubangos, batata, habichuelas -perfectamente atadas con un cordón- papas y gofio, se acomodaron ayer de forma meticulosa en las cajas en las que también hubo sorpresas: una bolsa de garbanzos y un cartón con media docena de huevos donados por una empresa avícola de la zona. No hubo piña de millo debido a que el precio de este año era desorbitado y además, las que había no estaban bien. Las hojas de perejil, donadas por un vecino del barrio y conservadas en jarras de agua, fue lo último que se añadió.

La tradición también se ha adaptado a las nuevas tecnologías. Cada tiene un código QR con las pautas a seguir para preparar este plato tradicional al que cada uno le da su toque especial. “Es verdad que la gran mayoría sabe como hacerlo pero hay muchas personas nuevas en el barrio”, apunta Toya.

Los preparativos comenzaron el miércoles en la sede de la citada asociación de vecinos, cuenta su presidenta, Toya Hernández, quien ayer fue una de sus quince integrantes que trabajó sin descanso, ataviados con sus guantes y mascarilla, para que todo estuviera listo a tiempo y ningún vecino se quedara sin su caja. Entre ellas también estaba la concejal delegada del barrio y concejal de Turismo, Participación Ciudadana, Patrimonio Histórico, Archivo y Museos, Delia Escobar, conocida por su implicación en esta fiesta “como una vecina más”, quien no dudó en seleccionar las verduras, montar las cajas, cargarlas en su coche particular y entregarlas a los particulares.

Una labor que también contó con la colaboración de todas las personas que quisieron unirse y echar una mano de forma altruista, incluso de los más pequeños, “una generación muy implicada” con esta tradición “y no es justo que la pandemia la pare”.

“El último sábado de enero en La Florida con o sin pandemia, olerá a puchero. Ojalá el próximo año podamos hacerlo en compañía y recibiendo como antes, a miles de personas”, insiste la presidenta.

El último ‘gran’ puchero se celebró en marzo de 2020. Desde entonces, el escenario ha sido lo único que ha cambiado respecto a años anteriores ya que las ganas, el esfuerzo, la solidaridad y la implicación y buena sintonía de los vecinos del barrio siguen intactos. “Todo se consigue si cada uno de nosotros pone su granito de arena”, apunta Toya.

Si algo queda claro es que la pandemia no ha podido llevarse esta arraigada tradición del barrio de La Florida. Sus vecinos dicen que es porque tienen la mejor vacuna contra la COVID: un buen puchero.

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