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Macu Machín: “En mi cine juego a ser arqueóloga de las imágenes”

La cineasta grancanaria presenta este martes en el Festivalito de La Palma 'El barranco de Nivaria Tejera', un proyecto colectivo en el que seis cineastas hacen una lectura fílmica de la novela
Macu Machín. / DA

Por Benjamín Reyes

Macu Machín (Gran Canaria, 1975) se ha distinguido por una carrera fílmica que se adentra en la no ficción. Tras estrenar su primer largometraje, Mujeres en la isla. Las otras hijas del Mestre, en el último Festival de Las Palmas, presenta, en el marco del XVII Festivalito de La Palma, El barranco de Nivaria Tejera, dirigido junto a cinco cineastas: Estrella Monterrey (ideóloga del proyecto), Claudia Torres, Silvia Navarro, Daniasa Curbelo y Violeta Gil Quintana. Las seis presentan otras tantas piezas audiovisuales que hacen una lectura de la novela de Nivaria Tejera desde el punto de vista del videoarte, haciendo hincapié en el papel de la mujer en la cultura canaria. La cita es hoy martes, a las 19.00 horas, en la Casa de la Cultura de El Paso, con entrada libre.

-¿Cómo entra a formar parte del proyecto ‘El barranco de Nivaria Tejera’?

“El proyecto surge de Estrella Monterrey. Cuando me ofreció participar no dudé en aceptar. Cuando leí a Nivaria Tejera me encantó. Su mirada está ligada a la historia con mayúsculas, contada a través de los ojos de una niña, de una manera muy poética. Para hacer mi pieza me agarré a ese lugar, desde la libertad que te da la poesía. Llevo muchos años con mi proyecto personal La Hojarasca, que se adentra en la memoria de mi familia. Y encontré muchas similitudes. Quise retomar algunos esbozos que tenía para La Hojarasca y del archivo que he ido recopilando a lo largo de 10 años. Hice una pieza de acercamiento a mi propio barranco. Un barranco metafórico, un paisaje que te modela. El territorio modela las emociones que cargamos: culpa, miedo…”.

-El paisaje es muy importante en su cine.

“Mi familia es de Puntagorda, en La Palma. Allí hay un barranco que ha modelado mi imaginario. Aunque yo soy de Gran Canaria, siempre he tenido un vínculo muy fuerte con la isla palmera, en la que pasaba todos los veranos de niña. Mi vínculo con el pasaje viene de ahí. El paisaje de mi pieza en El barranco de Nivaria es un barranco cargado de misterio”.

-En su primer largometraje, ‘Mujeres en la isla. Las otras hijas del Mestre’, revindica la figura de mujeres pioneras canarias. ¿Quién fue María Luisa Padrón?

“Fue una actriz. Protagonizó La hija del Mestre, el segundo largometraje en la historia del cine en Canarias. En otra latitud del planeta hubiera sido un icono del cine como Greta Garbo, pero aquí pasó desapercibida. En mi película tiro del hilo de este personaje para reivindicar a otras pioneras como Pinito del Oro, Pino Ojeda o Lola Massieu, que lucharon por encontrar una voz propia”.

-¿Dónde se podrá ver ‘Mujeres en la isla’?

“La idea es que se pueda ver en centros educativos de todas las islas para abrir un espacio de debate y que se conozcan estos personajes, para lo cual hay que sacarlo de los espacios más limitados de los festivales de cine. Me gustaría congeniar ambas opciones”.

“Hay muchas directoras con miradas muy personales que están haciendo un cine muy interesante”

-¿Por qué se ha decidido por el cine de no ficción?

“Porque me parece un cine posible en el que no hay que manejar grandes sumas de dinero. Me gusta fabular con lo real. Cuando en lo real aparece la fábula y, al revés, cuando en la ficción aparece lo real. Ese tipo de cine me parece muy rico. Es el cine que quiero explorar”.

-¿Qué función cumple el material de archivo en su cine?

“Es un espacio de juego. De recontextualizar, de darle otro sentido. En mi cine juego a ser arqueóloga de las imágenes y construyo con ellas un relato. Mi deseo es explorar imágenes para ver dónde me llevan. Esas imágenes resuenan en mí, para ver lo que quiero sacar. Las obras hablan de nosotros mismos, incluso de las que incorporan imágenes de archivo”.

-¿En qué punto está el proyecto ‘La Hojarasca’?

“En La Hojarasca quiero reivindicar la figura de las mujeres rurales. Ahora mismo estoy en fase de montaje, en el que la película va cogiendo forma. Estoy en Barcelona, trabajando con una montadora, y me está dando buenas sensaciones. Está en fase de cocinado, de macerarlo bien. Estoy en fase de juego, de disfrutar del proceso, de compartirlo con una mirada externa, de explorar vías que no había encontrado. Estoy en fase de jugar con los materiales”.

-¿Existe un cine con una mirada femenina?

“Esa pregunta da para mucho. Lo cierto es que hay muchas directoras con miradas muy personales que están haciendo un cine muy interesante. Ese cine está abriendo nuevos horizontes desde la mirada de cineastas mujeres, que ofrece una sensibilidad especial. El hombre y la mujer han tenido construcciones sociales diferentes. Es un tema muy profundo y creo que nos solemos quedar en la superficie. Estoy muy orgullosa de estar viviendo este momento y del cine que están haciendo hoy muchas directoras como Lucrecia Martel o Kelly Reichard”.

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