La Laguna vivió ayer el día grande de sus emblemáticas fiestas en honor al Santísimo Cristo lagunero, que, tras dos años de restricciones por la pandemia, recuperó las calles con plena normalidad, pudiendo reencontrarse residentes y visitantes con su Cristo.
La jornada festiva arrancó de madrugada con el repique de las campanas en los templos de la ciudad y la diana floreada, a cargo de la Agrupación musical del Santísimo Cristo, recorriendo el casco. A las 10.00 horas partía la procesión cívico militar, con el Pendón Real, portado por el concejal lagunero Santiago Pérez, desde las Casas Consistoriales hasta la Catedral, con la asistencia de las primeras autoridades civiles, militares y consulares, como el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, que ostentó este año la representación oficial de Su Majestad el Rey; el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos; el subdelegado del Gobierno, Jesús Javier Plata; el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín; el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, y el teniente general jefe del Mando de Canarias, Alejandro Escámez, entre otros.
Participó también, como cada año y entre otras unidades, una Unidad de Honores del Regimiento de Artillería de Campaña nº 93, herederos de las tradiciones de la Batería de Montaña de Tenerife, que fue a la campaña de Melilla en 1921 y que en este 2022 se cumplen 100 años de su regreso a la Isla sin ninguna baja.
A su llegada a la plaza de la Catedral, tuvo lugar el recibimiento al presidente del Gobierno de Canarias. El esclavo mayor del Santísimo Cristo de La Laguna, Francisco Doblas, le hizo entrega del bastón de plata de la esclavitud. Torres fue recibido por el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, dando paso a la eucaristía.
Según informó el Obispado, este año la predicación en este día grande corrió a cargo del arzobispo de Urgell y copríncipe del principado de Andorra, Joan Enric Vives, quien hizo hincapié en el valor del compromiso y en la esperanza que emana de Cristo: “Cuando nos fijamos en esta bella imagen, nos damos cuenta del gran amor de Dios. La figura del crucificado no es una invitación a la resignación. En Cristo descubrimos una nueva dimensión del dolor, una nueva esperanza. Lo vimos durante la pandemia, en medio del sufrimiento estaba el trabajo de tantos sanitarios y fuerzas del orden, la ayuda fraterna a nuestros vecinos, etcétera”.
En otro momento de su homilía, el arzobispo de Urgell se refirió a la guerra de Ucrania, a la crisis energética y a tantos otros aspectos que requieren un fuerte compromiso por parte de todos: “Trabajemos juntos. Por el bien común debemos estar unidos. En La Palma lo hemos comprobado. Cuánta solidaridad. Pidámosle a Dios que esta generosidad continúe”. Antes de finalizar, Vives dio gracias por la labor de Cáritas, que está cumpliendo su 75 aniversario. La eucaristía concluyó con la bendición del Señor impartida por el obispo y, posteriormente, se inició la procesión de retorno de la imagen a su real santuario.
“Sentido”
Luis Yeray Gutiérrez felicitó ayer a todos los laguneros y laguneras por el reencuentro en los espacios públicos de la ciudadanía con su tradición más querida: “Este es el día más importante para este municipio”. Un día “cargado de identidad, querido y sentido”, a la vez que habló de “sentimientos encontrados”, al mezclarse “la felicidad de volver a reencontrarnos y también con el recuerdo de las personas que ya no nos acompañan”.
Ángel Víctor Torres dijo sentirse “honrado” por ostentar la representación de la Casa Real en este “día grande, no solo para La Laguna y Tenerife, sino para las ocho islas”.
Asimismo, Pedro Martín recalcó el carácter excepcional de la jornada: “Este es un día importante, porque no solo es recuperar la normalidad, es también vivir un día especial en La Laguna”.
“Como lagunero es un día emotivo, un día de recuerdos para los que hemos vivido esta fiesta desde pequeños. Y es un día para poner en valor la vuelta a la normalidad”, afirmó, por su parte, Gustavo Matos.
Por la tarde
La jornada festiva continuó por la tarde con la misa de campaña en el atrio que precede al real santuario, presidida por su rector, Víctor Manuel Álvarez. El acompañamiento litúrgico musical corrió a cargo de la Agrupación Musical Achamán, Jóvenes Sabandeños. A su término, se celebró la procesión de la venerada imagen por las principales calles del centro, visitando los conventos de las monjas clarisas y catalinas, volviendo a la plaza del Cristo, donde, sobre medianoche, se pudo disfrutar de la tradicional exhibición de los Fuegos del Risco.
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