guía de isora

Francis Pérez, fotógrafo: “Hay que proteger más a los cetáceos en el sur de Tenerife”

Pérez, que inmortalizó a la ballena ‘Hope’ con la cola partida, repasó sus experiencias en el Abama, afirmando que “la protección que tienen no es suficiente”
“Hay que proteger más a los cetáceos en el sur de Tenerife”
Una colonia de ballenas pilotos frente a la costa de Guía de Isora. Francis Pérez

El fotógrafo y videógrafo submarino tinerfeño Francis Pérez, autor de impactantes imágenes que han llegado a ser portada del National Geographic y ganador del World Press Photo 2017 en la categoría de Naturaleza, se ha convertido en un abanderado de la protección de la vida de la fauna marina en los océanos.

Francis recuerda que la franja que está localizada en el entorno de la bahía de la playa de Abama es de especial importancia como corredor para los cetáceos, pero Tenerife no cuenta con ninguna reserva marina. “La consideración que tiene actualmente no es suficiente para protegerlos”, señala.

A través de su profesión y el impacto que han tenido sus fotografías, Pérez se ha ido acercando al activismo oceanográfico inspirado por su admirada Sylvia Earle, “la Cousteau que nadie conoce, pero que bajaba a 1.000 metros de profundidad el mismo año que el hombre llegó a la luna”. Esta octogenaria oceanógrafa lleva toda su vida intentando proteger el daño causado por la huella humana en los océanos. Pérez fue autor de la portada del libro de Sylvia A. Earle, Blue Hope, editado por National Geographic, y su instantánea de un banco de chicharros tomada a unas millas de la costa de Los Gigantes dio la vuelta al mundo.

Su trabajo ha sido una plataforma desde donde despertar conciencias sobre la biodiversidad marina de Canarias.

Francis Pérez siente especial aprecio por las ballenas piloto. El mar situado en la franja de Abama acoge la mayor población de esta especie en toda Europa. “Se mueven en grupos de diez-doce individuos y tienen una estructura social matriarcal: las abuelas y las madres tienen mayor protagonismo en el grupo”. En abril de 2019, Pérez vivió una experiencia que recuerda a la exitosa Lo que el pulpo me enseñó. Fue testigo de la agonía de una ballena piloto de apenas ocho meses.

“Vi que la cola estaba rota y le colgaba. No tenía posibilidades de propulsión. Estaba prácticamente inmovilizada. Saqué fotos y vídeos y las enviamos desde el barco al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo, La Tahonilla”. Fue uno de los pocos casos del mundo en el que se le practicó una eutanasia a un animal marino en mar abierto. “Éramos alrededor de nueve personas en tres embarcaciones.

Muchas acabamos llorando. Mientras yo hacía las fotos, la familia del animal daba vueltas a mi alrededor”. El informe de la autopsia atribuía su muerte a “causas antropogénicas”. Los expertos ahí desplazados coinciden en que la había provocado la hélice de alguna embarcación de mediana eslora.

Ese fue un punto de inflexión para implicarse en su proyecto más reciente: la Dirección de Fotografía de Collision, un documental que se estrenará próximamente en el que intervienen expertos internacionales y que reivindica la necesidad de buscar alternativas para que el tráfico marítimo no ponga en peligro la vida marina. “Las navieras tienen alternativas, desde modificar sus rutas hasta reducir su velocidad. Hay que buscar soluciones”, reclama.

Pérez explicó estas experiencias en el marco de la última edición de la Owners Cup, que bajo el lema Back to the Roots, reunió este fin de semana a la comunidad de propietarios de residencias de lujo en Abama Resort, en Guía de Isora.

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