día mundial del ictus

Expertos alertan de una nueva epidemia: el ictus cada vez afecta a más jóvenes

En la conmemoración de su Día Mundial, las autoridades sanitarias recalcan que la población puede prevenir hasta el 90% de los casos de una enfermedad que cada año sufren 4.000 canarios
ictus

Cada año 4.000 canarios sufren un ictus. Las últimas cifras de la Sociedad Española de Neurología (SEN) revelan que este peligroso accidente cerebral afecta a 130.000 personas al año en todo el país. Uno de cada seis españoles sufrirá un ictus. En la próxima década aumentará un 34%, lo que ya constituye una epidemia en toda regla y uno de los mayores desafíos para la salud de la población.

El 90 % de los casos se podría evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo: hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad, sedentarismo, consumo de alcohol y, entre otros, terapias hormonales.

Las enfermedades cerebrovasculares presentan una mortalidad del 30%. Son la primera causa de muerte en mujeres, la segunda en hombres y es responsable de un alto porcentaje de discapacidad -un 50% de afectados que tendrán secuelas posteriores-, y la segunda causa de demencia. Solo el 50% de la población sabe reconocer sus síntomas y la mayoría desconoce que puede afectar a cualquier edad. La prevalencia va en aumento, llegando al 10% de casos en personas jóvenes y de mediana edad. Su precocidad ha encendido las alarmas de la Sanidad.

La Consejería de Sanidad se suma a la conmemoración hoy del Día Mundial del Ictus, subrayando que es tan relevante mantener hábitos de vida saludable para prevenir esta patología como actuar con inmediatez ante su sospecha. Durante 2021, se registraron 2.360 ingresos hospitalarios por ictus en Canarias, con una edad media de 71 años.

El ictus es una enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro, provocando un trastorno brusco de la circulación cerebral que altera la función de una determinada región. El 85% de los ictus se producen por obstrucción vascular y el resto por hemorragia.

La mortalidad y discapacidad por ictus ha disminuido, gracias a la mejora en la detección precoz y el control de los factores de riesgo. Pero aún así, su incidencia sigue aumentado. En la prevención de los factores de riesgo está la clave para evitar nuevos casos, su morbilidad y mortalidad.

Hospiten anuncia una campaña de prevención y ofrece chequeos gratuitos (los días 5, 12, 19 y 26 de noviembre) en Tenerife para mayores de 50 años, coordinada por el profesor Manuel Maynar, jefe del servicio de Diagnóstico y Terapéutica Endoluminal/Endovascular del centro.

Código ictus

El Código ictus es un procedimiento de actuación que se inicia en el lugar donde se genere la primera alerta sanitaria, con el reconocimiento precoz de los síntomas, para trasladar en el menor tiempo posible al paciente al centro hospitalario con el fin de que pueda beneficiarse de una terapia de reperfusión (restablecimiento del flujo sanguíneo) y de cuidados especializados en una unidad de ictus. El ictus constituye la segunda causa de invalidez o discapacidad a largo plazo.

La asistencia al paciente con ictus incorpora la prestación de rehabilitación. Se trata de un proceso complejo, multidisciplinar, limitado en el tiempo y cuya finalidad fundamental es tratar y compensar los déficits y la discapacidad (motora, sensorial o neuropsicológica) para conseguir la máxima capacidad funcional posible en cada caso, facilitando la independencia y la reintegración al entorno habitual del paciente en sus vertientes (familiar, laboral y social).

El daño cerebral estará vinculado con el tiempo y la zona afectada

El daño cerebral que produce un ictus está relacionado con el tiempo que se mantiene la alteración en la vascularización cerebral y de la zona afectada. Por lo tanto, saber identificar los síntomas para poner activar la emergencia ayudará a mejorar el pronóstico.

Debemos sospechar si estamos ante un episodio de ictus si aparecen algunos de los siguientes signos: pérdida brusca de fuerza o sensibilidad, entumecimiento o debilidad en una parte del cuerpo.

Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta, sobre todo, en la cara y/o las extremidades (pida a la persona que sonría, que sople hinchando los carrillos para comprobar si hay alteración de la simetría de la cara, o que levante los dos brazos para ver si hay pérdida de la fuerza o de la movilidad); la aparición repentina de confusión o dificultad para hablar o entender (pida que repita una frase sencilla y vea si lo hace correctamente); la manifestación brusca de problemas de visión, ceguera; un inesperado dolor de cabeza, de gran intensidad y sin causa aparente, y la sensación de vértigo intenso, pérdida súbita de equilibrio o de la marcha.

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