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Los 50 canarios que quedaron ciegos por el medicamento Ala Octa siguen sin cobrar un euro

El escándalo del Ala Octa, un fármaco defectuoso en España que afectó, sobre todo, en Tenerife, arroja sentencias favorables a las víctimas, quienes no han podido ser indemnizadas todavía
Ala Octa

“Hacía efecto en seguida y te quedabas ciego del ojo operado de forma inmediata, aunque aún así se tardaron meses y meses en informar de lo que estaba pasando mientras seguían sucediéndose los casos. Que tantos años después y pese a contar con sentencias firmes dictadas por los tribunales españoles sigan sin cobrar un euro de las indemnizaciones fijadas es lamentable”. Así trasladaban ayer a este periódico el sentir de sus clientes los abogados tinerfeños Víctor Medina Fernández-Aceytuno y Francisco Gutiérrez León, los dos expertos del bufete tinerfeño que más casos ha defendido legalmente en España por un escándalo que DIARIO DE AVISOS adelantó en exclusiva allá por 2015 y que se conoce como el caso Ala Octa.

Básicamente, consiste en que una farmacéutica ahora quebrada, Alamedics GmbH & Co. KG, distribuyó una partida defectuosa del referido medicamento -usado para facilitar determinadas cirugías oftalmológicas- y que lamentablemente dejó ciego del ojo operado a cerca de 150 pacientes en todo el país, una tercera parte de ellos en el Hospital Universitario de Canarias (HUC).

Lo más lamentable del tema es que, como explican los citados letrados, “la aseguradora Allianz Alemania, que tras la quiebra de la farmacéutica ha sido condenada a responder por los daños causados a estas personas, no solo no facilita el pago de las indeminizaciones fijadas a través de su filial en España sino que nos ha obligado a reclamarlas en los tribunales germanos, donde encima pone trabas al sostener que, pese a asegurar que cuenta con un fondo de tres millones para hacer frente a las mismas, aduce por ejemplo que no puede abonar una de 100.000 euros al desconocer si por ello dejaría a otros afectados sin cobrar”. Eso sí, Medina aclaró que las complicaciones inherentes a tener que recurrir a la Justicia alemana no han sido óbice para que su bufete siga reclamando lo que corresponde a los damnificados.

Los abogados Víctor Medina y Francisco Gutiérrez representan a la mayor parte de los afectados por este caso. / DA

Para comprender la envergadura del caso que nos ocupa, cabe insistir en que las personas que perdieron la visión en su ojo operado con esta partida defectuosa del Ala Octa en el HUC son aproximadamente medio centenar, y que las sentencias -ya firmes- donde se les reconoce su derecho a ser indemnizados oscilan desde cantidades que superan los 200.000 euros a otras de unos 12.000.

Ayer mismo, la agencia Efe informaba de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha confirmado dos de dichas decisiones judiciales. En una de las cuales revocó un fallo anterior que cifraba la indemnización en 11.500 euros y la elevó a 25.000 euros, mientras que en la otra da la razón a otro paciente que reclamaba 27.793 euros, pero en ambos casos hace responsable de los pagos a la compañía (ya quebrada) y a su aseguradora (Allianz).

Aunque el propio HUC y el Servicio Canario de Salud fueron en su día demandados por la causa que nos ocupa, lo cierto es que la justicia ha exonerado a ambos de responder por una negligencia médica que achacan a la farmacéutica y subsidiariamente a la aseguradora.

Resta recordar que fue en agosto de 2014 cuando comenzaron las operaciones en el HUC con este fármaco defectuoso y que se prolongaron hasta enero de 2015, si bien no se informó de lo que sucedía a la Agencia Española de Medicamentos hasta bien entrado dicho 2015, cuando finalmente se decretó la alerta.

“Hay casos dramáticos al perder la visión del ojo que les quedaba sano”

Cuestionados por cómo afecta el llamado caso Ala Octa a los pacientes que perdieron la visión del ojo operado por mor de la partida defectuosa del medicamento de dicho nombre, los abogados Victor Medina y Francisco Gutiérrez eluden desvelar datos personales de sus clientes pero ello nos es óbice para que confirmen que, “si bien todos los afectados que conocemos han sufrido devastadores efectos personales por lo sucedido, resultan especialmente dramáticos los casos de quienes perdieron la visión del ojo que aún les quedaba sano. Por eso entendemos que es particularmente censurable que se sigan poniendo trabas por parte de la aseguradora a la hora de que se haga justicia y reciban lo que les corresponde”.

Precisamente, Efe informó ayer de otro perjudicado, un varón de 53 años, al que un desprendimiento de retina en su ojo derecho, el único por el que podía ver, acabó con una ceguera total. Ya en su día se informó de otros pacientes particularmente afectados (si cabe, dada la gravedad inherente para cada damnificado) por su profesión, por cuanto era piloto de aviación.

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