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Los cementerios de Tenerife se llenan de tradición y flores en el Día de Todos los Santos

Los camposantos de toda la Isla reciben a miles de personas que acuden a rendir homenaje y recordar a su seres queridos en una jornada muy emotiva
Día de Todos los Santos
Foto: Sergio Méndez

Los cementerios de la Isla volvieron ayer a llenarse de flores y a convertirse en lugar de recuerdos y reencuentros, con la visita de miles de personas por el tradicional Día de Todos los Santos para rendir homenaje a sus seres queridos, enramando y cuidando sus nichos en esta fecha tan emotiva. El de Santa Lastenia, en Santa Cruz de Tenerife, es uno de los más grandes y lleva ya varios días recibiendo la llegada de cientos de personas.

De hecho, desde los puestos de venta de flores reconocían ayer por la mañana que ya suele haber más gente en días anteriores que el propio 1 de noviembre. “Ha sido una campaña muy larga, desde el 27 de octubre ya notamos afluencia, muchísimo. El viernes, sábado y domingo ha sido tremendo de gente, hoy [ayer] es un día que casi que llamamos de resaca, igual que mañana [hoy]”, explicaba Ana Niebla, encargada del local de venta de flores que pertenece a Cetensa, concesionaria de la gestión de los cementerios de Santa Cruz.

En esta misma línea se expresó Cintia Marichal, propietaria de Alohaflor: “Hemos notado aumento de clientela, pero repartido. Hoy [ayer] siempre es un día bastante flojo dentro de la campaña, pero para nosotros ha sido un poco de aliento después de la COVID”. A su juicio, “parece que cuando hay crisis, como en 2007, la gente se aferra más a sus seres queridos, viene a visitarlos más y se guarda el dinero para rendirle ese homenaje”, apuntó.

Y es que la subida de precios generalizada que se está experimentado en todos los sectores se ha dejado notar también en el de las flores. “Sí ha subido, porque no hay mucha flor local, y entonces ha habido que traer mucha de fuera, que tiene mucho más costo. Pero ellos ya vienen concienciados con que ha subido todo y que esto es una vez”, explicaba Ana Niebla. Aún así, apuntó que la venta de los crisantemos, la más solicitada, ha crecido en torno a un 10%.

La celebración del Día de Todos los Santos, sea el 1 de noviembre o en jornadas previas, es una tradición arraigada entre las familias, pero que también se extiende al resto del año. “Yo vengo durante todo el año, cada 15 días. Para mí todos los días son especiales, pero, sobre todo, estos. Perdí a mis padres, mis hermanos, uno con 27 años, otro con 33 años, y luego a mi sobrino, que está con mi madre enterrado. Son muchas cosas…”, relató Rosa María Díaz, acompañada de su hija Mónica Cruz, que mantiene la tradición.

Matilde Mirabal también acude varias veces al año acompañada por su familia; en esta ocasión, por dos cuñadas y un hermano. “Venimos una vez al mes o cada dos meses, el día del padre, de la madre, en el cumpleaños de nuestro padre, nuestra madre, mis tías, los abuelos, bisabuelos…, que están aquí, en el panteón Mirabal, el de la familia”, explicaba mientras trabajaba en limpiar el panteón junto con su cuñada Miguelina. “Estamos a la faena con estropajo de brillo, otro para pulir, el cepillo para quitar la tierra en las letras… Y tenemos bastantes flores porque tenemos bastante gente aquí, por todo el cementerio y hacemos una ruta y cumplimos con todos”, indicó.

Junto con varios miembros de su familia también acudió Carmen Reyes: “Venimos todos los años. Ahora mismo estamos aquí los más allegados a mi marido, que vinimos a enramarlo, que falleció en agosto. Toda mi familia está más arriba y después vamos a Güímar, al barrio de mi suegra”. Una tradición que perpetúa su familia. “Por supuesto, igual que la noche anterior, lo celebramos en casa por el día de finados. Solemos reunirnos los amigos y las castañas que no falten, y hablar y estar juntos”, apuntó su cuñada Beti.

Santa Lastenia es el cementerio más grande de la capital chicharrera, pero cuenta con otros importantes como el de San Rafael y San Roque, declarado BIC, y que este año, como ya ocurriera el pasado, permaneció cerrado por obras. Desde la Asociación Parque Funerario San Rafael y San Roque, su presidenta, Teresa Laborda, lamentó que el Ayuntamiento no habilitara un espacio donde la gente pudiese dejar flores y velas a sus familiares, teniendo que dejar la asociación una corona en la puerta. También criticó el estado de abandono en el que se encuentra el entorno de este camposanto, así como el nuevo proyecto.

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