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El Pino Gordo de Vilaflor de Chasna: un premio que no se puede ir por las ramas

Es la única candidatura canaria que aspira a Árbol del Año en España, distinción a la que optan 11 ejemplares; la última palabra la tienen los ciudadanos en Internet
El Pino Gordo de Vilaflor de Chasna, candidato a Árbol del Año 2023

Ha sobrevivido a devastadores incendios forestales, vientos huracanados, temporales de lluvia, tormenta de rayos, plagas de langosta y al acoso humano, por la alta calidad de su madera. Ha sido testigo de la vida aborigen, la conquista castellana, ataques piratas, erupciones volcánicas, episodios de hambruna y epidemias mortales.


Casi ocho siglos después de nacer de una minúscula semilla, de un insignificante piñón, el Pino Gordo de Vilaflor de Chasna sigue lleno de vida y dominando el paisaje de la Corona Forestal del Parque Nacional del Teide, donde se abre al cielo con sus 45 metros de altura y su imponente tronco de 9,36 metros.


Su dimensión colosal, conformada por tres grandes pernadas verticales, lo convierte en el segundo árbol autóctono más alto de España, solo superado por el denominado pino de las Dos Pernadas, situado a 25 metros de distancia.
Ahora, este singular pinus canariensis, cuya imagen aparece representada en el escudo de Vilaflor de Chasna, opta a ser declarado Árbol del Año 2023 en España después de que su candidatura fuera nominada finalista junto a otras 10 más repartidas por toda la Península. De entre ellas saldrá el representante español que participará en el concurso europeo organizado por la ONG Bosques Sin Fronteras.


La pinácea más robusta de Canarias, que requiere de ocho personas para abrazar su tronco, competirá con Carbayón de Cornellana (Asturias), Castaño del Tío Trazas (Salamanca), Olmo El Rasillo (La Rioja), Hayedo de Montejo de la Sierra (Madrid), Bosque de la Abundancia (Guadalajara), El Moral de Villoviado (Burgos), Carballo de Santa Margarita (Pontevedra), Encina del Monte de la Redonda (Cantabria), Platano Biar (Valencia) y Carballo de Gregorio (A Coruña).

 
El certamen, que cuenta con la colaboración del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, especifica en sus bases que “no se valorará tanto la belleza, el tamaño o la edad de los árboles sino su historia y su relación con las personas y el territorio”, ya que se busca un ejemplar que “se haya convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio”.


“Queremos que se unan todas las islas en defensa de un bien común, debemos ir todas a una  para convertir el Pino Gordo en un gran símbolo del Archipiélago, como ya lo es el Drago de Icod o la Sabina de El Hierro”, manifestó a este periódico Agustina Beltrán, alcaldesa de Vilaflor de Chasna, que anima a los ciudadanos a participar en la votación, abierta hasta el 10 de diciembre, en la página web www.arbolybosque del año.es. La candidatura ganadora se conocerá el día 20 de diciembre.


El Pino Gordo se ha convertido en un reclamo turístico y su visita es obligada para los visitantes de Vilaflor de Chasna o de quienes se dirijan al Parque Nacional del Teide desde el sur de la Isla. Representa a una especie clave en la conservación del medio natural isleño por su función como condensador del agua de las nubes, limpieza del aire y por cobijar y alimentar a plantas y animales.


Con la presentación de la candidatura a Árbol del Año en España, el Ayuntamiento pretende incidir en la “divulgación, respeto y aprecio hacia nuestros árboles singulares, reforzando la necesidad de la preservación de este tipo de seres únicos, injustamente olvidados durante demasiado tiempo”. Y en esa línea, el municipio donde nació y creció el Hermano Pedro confía en el espaldarazo ciudadano para que el premio no se vaya por las ramas.

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